Sr. Director: Los mayores de 18 años recordarán sin duda aquella famosa "Macroencuesta de 1999" que heló de espanto a España con la aterradora conclusión de que en nuestro país había dos millones de mujeres maltratadas por sus esposos, novios, compañeros... Es decir, dos millones de mujeres llenas de tumefactos moratones y sangrantes heridas, que era lo que la gente, en su ingenuidad, entendía entonces por maltrato. Unánimemente jaleada por los medios de comunicación, aquella primera Macroencuesta descargó sobre la sociedad una tormenta de misandria, androfobia, linchamiento y demonización del varón y, de paso, una lluvia de oro en las arcas de algunas OENEGÉS subvencionadas (generosamente regadas con dinero público, salido de nuestros impuestos). Con aquella "Macroencuesta", con la alarma social que se pretendía y se consiguió, y con la serie de medidas legislativas y económicas, el lobby feminista español alcanzó uno de sus grandes triunfos históricos en su empeño por convencer a la sociedad de que en cada hombre hay un maltratador en potencia. La tristemente famosa LVIOGEN, Ley de violencia de género, de 28 de diciembre de 22004 -día de los Santos Inocentes- afirma que todos los españoles, varones y los extranjeros que tengan la ocurrencia de dejarse caer por España, tienen tendencia por naturaleza y cultura a establecer relaciones posesivas, de  dominación, intrínsecamente violentas con las mujeres, llegando a equiparar cualquier relación sexual consentida con una violación; motivo por el cual los legisladores (mayoritariamente varones) aprobaron que los hombres deben de ser castigados más duramente, con más severidad que las mujeres en caso de incurrir en la misma clase de "ilícito penal", cuando cometan la misma falta o delito... La "Macroencuesta" también fue el perfecto pretexto para privar a la mitad de la población, los varones, del derecho constitucional a la presunción de inocencia, a un juicio justo, en tribunales ordinarios (y no de "excepción" tal cual son los denominados "de violencia de género", pese a que la Constitución Española los prohiba, como en cualquier país decente y civilizado), y para desposeerlos, también, del derecho constitucional al "recurso de habeas corpus", o sea a no ser privados de libertad de forma arbitraria e ilegal... La Macroencuesta es probablemente el más logrado y tramposo ejercicio de victimismo del feminismo hispano, tan eficaz que hasta tuvo un imitador: la encuesta Enveff en Francia. En España, el tramposo estudio de opinión volvió a perpetrarse en 2002 y 2006, con idéntica metodología y resultados, aunque con menos ruido de timbales, bombos, platillos y tambores. Para entonces eran muchas las voces que habían denunciado su descarada parcialidad y su falta de rigor, aunque los medios de información y creadores de opinión -generosamente regados, también, con dinero de los contribuyentes- optaron unos por divulgar tamañas falsedades, de manera entusiasta, y otros por seguir en el guindo. La gran estafa, auspiciada sin el menor rubor por las instituciones del Estado, consistió, en las tres ocasiones, en excluir de la evaluación a la población masculina y aplicar el cuestionario a una muestra compuesta únicamente por mujeres. Los diversos gobiernos que se han ido sucediendo en el tiempo, todos ellos miembros del "consenso social-feminista-homosexualista", han vuelto a realizar más y más "Macroencuesta", siempre con contenidos similares a los de las ediciones anteriores. Por supuesto, en todas las ocasiones, tampoco se ha incluido a varones en la muestra. Obvio. ¿Dónde estaría la gracia y la ganancia, si al cuadrar las cuentas salen tantos maltratados como maltratadas, o incluso más, cómo suele ocurrir cuando se pregunta a ambos sexos por sus respectivos maltratos? Decididamente, esto de la "igualdad de género" es cosa muy acomodaticia, un asunto más bien de protocolo y buena educación totalitaria y liberticida, como cuando llamaban camarada a Stalin... otros a Hitler. Con todo lo que se habla últimamente sobre la prevaricación de los jueces y fiscales, creo que ha llegado el momento de reflexionar sobre la prevaricación de los políticos. Según el DRAE, prevaricación es el "delito consistente en dictar a sabiendas una resolución injusta una autoridad, un juez o un funcionario". Lean ustedes el cuestionario que hay más abajo y díganme si no es prevaricación aplicar la Macroencuesta sólo a las mujeres, a sabiendas de que éstas también insultan, critican, se enfadan, amenazan, golpean a sus esposos, novios, compañeros,... y a sabiendas de que si se hubiera encuestado también a los hombres sus respuestas serían  similares a lo declarado por las mujeres y dejaría sin justificación las políticas vigentes en materia de violencia doméstica, incluidos cargos ad hoc (más de 100.000 mujeres "liberadas" para asuntos de "igualdad y género") y subvenciones de todo tipo, con el noble pretexto, la mentira noble de ayudar a las mujeres en riesgo de sufrir violencia, maltrato, sea con o sin resultado de muerte. Amigo lector, si eres varón, has sido excluido por definición de las múltiples "Macroencuestas", pero no olvides que la respuesta afirmativa a cualquiera (es decir, a una) de las siguientes preguntas, si a ti también te las formularan, te convierte en hombre maltratado en toda regla, al menos según los criterios de esta encuesta fraudulenta, degenerada. En las Macroencuestas, cuyo cuestionario siempre retoma y amplia los de ediciones anteriores, se pregunta a las encuestadas si su cónyuge, o novio, o compañero, o alguien de su entorno familiar: 1- Le impide ver a la familia o tener relaciones con amigos, vecinos 2- Le quita el dinero que Vd. gana o no le da lo suficiente que necesita para mantenerse 3- Hace oídos sordos a lo que Vd. le dice (no tiene en cuenta su opinión, no escucha sus peticiones) 4- Le insulta o amenaza 5- No le deja trabajar o estudiar 6- Decide las cosas que Vd. puede o no hacer 7- Insiste en tener relaciones sexuales aunque sepa que Vd no tiene ganas 8- No tiene en cuenta las necesidades de Vd (le deja el peor sitio de la casa, lo peor de la comida) 9- En ciertas ocasiones le produce miedo 10- No respeta sus objetos personales (regalos de otras personas, recuerdos familiares) 11- Le dice que coquetea continuamente / o por el contrario que no se cuida nunca,que tiene mal aspecto 12- Cuando se enfada llega a empujar o golpear 13- Se enfada sin que se sepa la razón 14- Le dice que a dónde va a ir sin él/ella (que no es capaz de hacer nada por si sola) 15- Le dice que todas las cosas que hace están mal, que es torpe 16- Cuando se enfada la toma con los animales o las cosas que Vd aprecia 17- Le hace sentirse culpable porque no le atiende/entiende como es debido 18- Se enfada si sus cosas no están hechas (comida, ropa, etc) 19- Le controla los horarios 20- Le dice que no debería estar en esa casa y que busque la suya 21- Le reprocha que viva de su dinero 22- Ironiza o no valora sus creencias (ir a la iglesia, votar a algún partido, pertenecer a alguna organización) 23- No valora el trabajo que realiza 24- Le hace responsable de las tareas del hogar 25- Delante de sus hijos dice cosas para no dejarle a Vd en buen lugar 26- Desprecia y da voces a sus hijos ¿Has respondido afirmativamente a alguna de las preguntas anteriores? Entonces, no lo dudes, a efectos de las Macroencuestas, eres un hombre maltratado, aunque tu caso no es excepcional: casi con toda seguridad, en España hay más de dos millones de hombres en la misma situación. ¡Ah!, y no olvidéis una cosa. Las dos primeras Macroencuestas se hicieron con el PP en el poder; la tercera y la cuarta, bajo el gobierno del PSOE. Es decir, a pesar de su indigencia moral e intelectual, la Macroencuesta no es un simple ardid, una artimaña, un tinglado con fines electorales, sino el termómetro de una época, de una sociedad dispuesta a creer que los varones son malos por definición, los responsables de todas las maldades presentes, pasadas y futura, y las mujeres víctimas irredentas, benditas pacifistas, todas ellas sin excepción madres abnegadas, tendentes a resolver cualquier desavenencia mediante el diálogo,.. Las encuestas tramposas degeneradas, "de género" son, por encima de todo, el mejor ejemplo de corrupción y de complicidad de la clase política y los poderes mediáticos con una terrible estafa. Carlos Aurelio Caldito