Sr. Director:
Uno de los días de esta misma semana, hablando sobre el tema de la pederastia y la Iglesia, uno de los participantes en la conversación afirmaba que la causa podría ser el celibato sacerdotal, si los curas estuvieran casados. Pienso que estén o no casados, la castidad la han de vivir igualmente. Y es que la castidad sacerdotal no es carga, ni renuncia, es "afirmación gozosa", que abre nuestro corazón y nuestra mente para pensar en los demás, para preocuparnos de las necesidades de los demás, para servir sin límites el amor de Dios en todos nuestros hermanos, hombres y mujeres, pobres y ricos, jóvenes, adultos, ancianos, sanos y enfermos. Es superar los pequeños problemas o dificultados por elevación, por Amor a Dios.