Sr. Director:
Siempre fue así; el causante de cualquier estropicio, se hacía cargo de reintegrar el importe del mismo.
Si tenía un seguro de responsabilidad civil, tal vez éste afrontara el coste económico de ese deterioro. Pero no creo que este sea al caso. Pedro Sánchez no tenía ningún seguro que le amparase por los daños y perjuicios causados a España, ni tan siquiera a su partido.
Siendo esto así, ¿no debíamos exigir los españoles la restitución de los muchos trastornos que nos ha causado este señor? No hay duda de que el único afán que tenía, y que su mayor ansia era (y todavía lo es) conseguir estar unos días de presidente del gobierno, y luego disponer de "la paga" que le quedase. Para ello no reparaba en ningún método, artimaña o añagaza, hasta el más vil y miserable, como es el de imponernos a la casta de Podemos, independentistas, antisistemas, rufianes, etc., con los que ya estaba pactando.
Menos mal que en el Partido Socialista hay un sector de personas sensatas y responsables que se cansaron de tanta perfidia, detectaron las intenciones de entregar su propio partido a Podemos con el sacrificio de todos los españoles y, como diría mi admirado Antonio Burgos, le señalaron lo de "Puerta, Camino y Viti": "por ahí se va a la calle, compañero Sánchez". Pero insisto, ¿quién paga los platos rotos? Una persona no puede burlarse así de todos nosotros y luego que se vaya de rositas.
Hay que exigirle responsabilidades y que cargue con el costo de su incompetencia y de su insensatez.
Pablo D.
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14/12/24 07:00