Sr. Director: Monseñor Osoro, arzobispo anterior de Valencia y ahora de Madrid no sólo debe reclamar la libertad para practicar la religión, sino que debe condenar sin paliativos los blasfemias y sacrilegios, además de convocar a  los fieles madrileños a un desagravio público y notorio. Porque las provocaciones satánicas no son fruto de algunos jóvenes de ambos sexos descarriados e inmaduros, sino de esbirros del mal. Fidel García Martínez