Sr. Director:
La Corte de Apelaciones ha revertido el fallo que obligaba a una mujer con discapacidad a abortar, en contra de su voluntad y la de su familia. Una cultura de la muerte, tan arraigada también en el Reino Unido, donde el aborto es prácticamente libre, da una vuelta de tuerca más, y se contradice incluso a sí misma en su defensa de que en las decisiones morales ha de primar la voluntad personal por encima de todo. En este caso, con la madre y con su familia en contra, el Estado ordenaba a la mujer que abortara, cayendo incluso así en la habitual falacia que sostienen los proabortistas, cuando afirman que se trata de extender supuestos derechos y que a nadie le obligan a acogerse a ellos.