Sr. Director:
Parece ser que en algunos colegios están diciéndole a los niños que todas las personas somos bisexuales y que tienen que probar relaciones con uno u otro sexo para saber lo que más les gusta. Esta actitud se veía venir desde que empezaron a hablar a los niños de noventa tipos de sexos. El paso siguiente era promover todas esas sexualidades.
La disforia de género se da a veces entre los niños pero lo normal es que desaparezca al llegar la pubertad. Pero los niños son muy maleables y ese tema puede crearles mucha confusión. Para ello, lo primero que les dicen es que la homosexualidad es habitual entre los animales. Se da el caso de que en muchas especies sólo el macho dominante tiene posibilidad de reproducirse. Así que no es extraño que el resto ante su necesidad frustrada practiquen entre ellos.
También es una forma de dominio. Pero el instinto de reproducción sólo se ejerce con las hembras. Entonces, les dicen que los romanos y los griegos tenían amantes de ambos sexos. Realmente, si se estudia la historia, se trataba más bien de una forma de mantener a los esclavos sometidos. Es decir, un ejercicio de poder sobre otra persona, no una cuestión de sentimientos. Los presidiarios tampoco son bisexuales cuando entran en la cárcel. Al igual que los anteriores, utilizan la homosexualidad como desahogo y forma de dominio sobre otros. Para marcar la jerarquía interna. Igualmente, se sabe que muchos homosexuales lo son porque sufrieron abuso físico de niños por parte de alguien cercano. Es decir, que cambiaron su concepto de la sexualidad. Tal vez es eso precisamente lo que pretenden esos grupos de presión que andan metiéndole a los críos ideas en la cabeza que nunca se les hubieran ocurrido de otro modo. Olvidan que estamos hechos a imagen y semejanza de Dios y en la creación la reproducción sexual entre macho y hembra es la única que funciona y crea la vida. El resto son comportamientos adquiridos.