Sr. Director:
La Biblia nos narra la Historia de la humanidad, desde la creación del hombre hasta el final, que es lo que el Apocalipsis relata de una manera simbólica. En el Libro de los Salmos dice el 1º: “Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor, que no sigue el consejo de los impíos, ni entra en las sendas de los pecadores, ni se sienta en la reunión de los cínicos. Su complacencia es la Ley de Dios y medita en ella día y noche. Será como un árbol plantado a la vera del arroyo, da fruto en su sazón y no se marchitan sus hojas y cuanto emprende tiene buen fin. No así los impíos, serán paja que arrebata el viento. No prevalecerán los impíos en el juicio, ni los pecadores en la reunión de los justos. Pues Dios protege el camino de los justos, pero la senda de los pecadores acaba mal.” ¿No está ocurriendo algo semejante a causa del coronavirus? Los que mantienen su fe inquebrantable en Dios, no se alteran ni sienten temor. Y el Salmo 2º nos dice: “¿Por qué se amotinan las gentes y trazan los pueblos planes vanos? Se reúnen los reyes de la tierra y se confabulan los príncipes contra Yavé y su Ungido ¡Rompamos sus coyundas, arrojemos de nosotros sus ataduras! El que mora en los cielos se ríe, el Señor se burla de ellos. A su tiempo los hablará en su ira y los consternará con su furor. Yo he constituido mi rey, sobre Sion, mi monte santo. Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy. Pídeme, y haré de las gentes tu heredad, te daré en posesión los confines de la tierra. Los regirás con cetro de hierro y los romperás como vasija de alfarero. Ahora, pues ¡oh reyes! Obrad con prudencia, dejaos persuadir, rectores de la tierra. Servid al Señor con temor, rendidle homenaje con temblor. No se aire y caigáis en la ruina, pues se inflama de pronto su ira ¡Venturosos los que en el confían!” ¿No es la Gobernanza Global, el Nuevo Orden Mundial y todos esos maléficos personajes seducidos por la Serpiente Infernal una confabulación contra Dios y contra su Mesías? No hay nada nuevo bajo el sol, pero con el nacimiento de Cristo en el cual se cumplen todas las profecías, estamos en los Últimos Tiempos. No tenemos que ir muy lejos para encontrarlo, ESTA EN EL SAGRARIO ¡Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor!