Comulgar de rodillas y en la boca. Muchos párrocos lo hacen, ojalá fueran todos
Sr. Director:
Este escrito es repetición de otro de fecha 21-09-2018, y lo repito porque desde que se empezó a dar la comunión en la mano, contra las normas del Magisterio de comulgar de rodillas y en la boca, hemos llegado a una situación insostenible, y esta nueva iglesia mundanizada y desacralizada, es la principal causante de esta situación que mantienen sin que haya ningún signo de que esto cambie. Y me temo, si esto no cambia, que el gobierno que padecemos, fruto de esta iglesia que no es la que fundó Cristo, acabe cerrando las iglesias y prohíba todo signo religioso. Sigue el texto:
“Los fieles estamos confusos sobre la forma de recibir la Divina Comunión. Desde el siglo VI por lo menos, los fieles recibían la Sagrada Forma de rodillas y en la lengua. En el año 1969 sin autorización de la Santa Sede, se comenzó a dar la comunión en la mano. El Papa Pablo VI confirmó la forma tradicional y permitió como privilegio la comunión en la mano cuando ya estuviese establecido sin autorización. Por lo tanto, la comunión en la mano no era querida por la Santa Sede. Con fecha 21 de Marzo de 2018 el Papa Francisco en la audiencia general dijo que los fieles comulgan de pie con devoción o de rodillas, tal como se determina por la Conferencia Episcopal, recibiendo el Sacramento en la boca, o donde está permitido, en la mano, como se prefiera. Innumerables obispos, teólogos, clérigos y seglares, han rechazado por completo esta práctica de la comunión en la mano. Recientemente el Cardenal Sarah, Prefecto de la Congregación para el culto divino, manifestó que esa norma es un ataque diabólico. En el año 1971, un amigo mío, "alma víctima", es decir escogida por la Santísima Virgen para sufrir por la Iglesia y los pecadores, recibió una locución de Cristo que le dijo: "Tienes que recibirme de rodillas, en la lengua y como oblación." Esta norma desacralizada sin duda alguna, se está expandiendo por muchas diócesis de la Iglesia Católica. Los efectos que ha originado esta desacralización son evidentes, no hay vocaciones sacerdotales ni religiosas y cada vez asisten menos fieles a los cultos. No solamente está mal la Iglesia Católica, también la sociedad pues si lo sagrado se elimina no hay base donde apoyarse. La Iglesia está dividida, eso es manifiesto, lo cual evidencia que esta era está próxima a su fin. Levantemos los ojos hacia la Santísima Virgen y esperemos que se cumpla pronto la promesa que hizo en Fátima: "Por fin mi Inmaculado Corazón triunfará."