Sr. Director:

La propia Inés Arrimadas ha asumido ese cambio de ciclo político en las encuestas, e intenta  abonar un terreno fértil para que se cuente con Ciudadanos. El votante del partido fundado por Albert Rivera está huyendo hacia el PP, o en menor medida a otros partidos políticos.

Ciudadanos está herido de muerte, se desangró hace ya tiempo. No obstante, Arrimadas busca una tabla de salvación, y ha hablado de que echar a Pedro Sánchez es una tarea que no es posible para un solo partido político:  tiende puentes al PP orillando a Vox.

¿Quién le hace caso ya a Inés Arrimadas en estos momentos? Brilló en Cataluña, su estrella parecía sólida y, sin embargo, ahora  no se sabe qué pretende. Una muestra más de la volatilidad política actual en España.

Quedan dos años para las elecciones generales, y para desgracia de los españoles todo indica que Pedro Sánchez va a aguantar, con el objetivo de remontar, amparado en una recuperación económica que ansiamos y lograremos con el esfuerzo de la sociedad, no precisamente del Gobierno que tenemos, que  sólo sabe subir los impuestos y feliz con la subida de la luz, encima con promesas y razonamientos que enervan al ciudadano medio, harto ya de mentiras sistemáticas.

Cuando en Italia van a hacer una bajada generalizada de  impuestos para facilitar la recuperación económica, nuestro Gobierno va en dirección contraria, la única que conoce, exprimiéndonos a todos: a los ministros les aconsejo que, en ningún acto con público, digan que su prioridad son los trabajadores y los autónomos, porque pueden escuchar algo más que lindezas.

Por el bien de España, Arrimadas debe meditar su posición y el nulo futuro de Ciudadanos. Que no busque su poltrona, personificada en ese escaño que las encuestas le otorgan.