Sr. Director:

La voz de la soprano Victoria de los Ángeles fue una de las más dulces y delicadas del siglo XX. Nació en Barcelona en 1923, de familia humilde, y estudió en el Conservatorio Superior de Música del Liceo. Sus primeras actuaciones y los diversos galardones obtenidos hicieron que ya a finales de los años cuarenta se convirtiera en una estrella internacional: La Ópera de París, el Teatro de la Scala de Milán, la Royal Ópera House, el Festival de Salzburgo, el Teatro Colón de Buenos Aires, el Carnegie Hall, el Met de Nueva York… se rindieron a los encantos de su voz. No habían transcurrido siete años cuando ya había triunfado en los principales teatros de todo el mundo con un repertorio que alcanzó más de treinta y cinco óperas.

En 1961 realizó un hito muy importante en su carrera: fue la primera cantante española que actuó en el Festival de Bayreuth (Alemania) interpretando el papel protagonista (Elisabeth) del Tannhäuser, dirigida por el nieto de Richard Wagner, quien quedó tan impresionado con la actuación que exigió que se la contratara para el evento del año siguiente. En 1980 interpretó Pelléas et Mélisande en el Teatro de la Zarzuela de Madrid (el Real estaba cerrado por remodelación). Fue la última ópera que cantó. El resto de su carrera, hasta 1996, lo dedicó a dar conciertos: lied alemán, melodías francesas, canción española y catalana. Era otra de sus valiosas facetas artísticas. Fue realmente una mujer admirable y admirada por su profesionalidad y su alejamiento de los ecos de sociedad. Muy pocos conocían las tragedias de su vida familiar íntima: Estaba casada y tenía dos hijos; el mayor falleció antes que ella y el segundo padecía síndrome de Down y sobrevivió casi tres lustros a su madre. Desde su alejamiento, por decisión propia, en 1996, no se volvió a hablar de ella hasta su fallecimiento el 15 de enero de 2005.