Sr. Director:
España hoy está divida en dos partes irreconocibles y al parecer irreconciliables. Por una parte, Asturias. en la que una apariencia de normalidad monárquica e institucional lo llena todo, con una protagonista que ya ha entrado en los anales de la historia, la princesa de Asturias, doña Leonor, quien bajo la atenta mirada de su Majestad Felipe VI y protegida por el cariño de la Reina Madre, ha presentado su derecho al torno como Princesa de Asturias, con discurso oficial, no solo protocolario, incluido. Los Reyes de España, principalmente la Princesa, han estado arropados en todo momento por el buen `pueblo asturiano, incluido los encerrados en la Catedral, pata defender su puesto de trabajo. Asturias tiene serios problemas laborales de descolocación de empresas.
En marco único, como la entrega de los prestigiosos premios Princesa de Asturias, en la Cuna de la Reconquista todo parece armonía, orden, personajes famosos por sus aportaciones culturales, sociales, deportivas, (…) aclamados como lo que no son, figuras del espectáculo. Cualquiera que en estos días visite este que llaman Paraíso Natural, estaría de acuerdo con lo que dijo un famoso director de cine, que aún deambula parado por alguna calle del centro de Oviedo, aunque haya habido motivos para retirarle la estatua por razones obvias de todos conocidas pero intencionadamente, olvidadas. Es la doble vara de medir de la hipocresía progre. No ha faltado nada en Asturias en estos días de vino y rosas, incluida la hoguera de las vanidades.
Frente a esta realidad casi idílica asturiana, contrasta la terrible realidad que está viviendo Cataluña, después de conocerse la famosa sentencia que está provocando en las ciudades catalanes terribles actos vandálicos de terrorismo callejero que afectan a todos los ciudadanos que no tienen asegurado ningún derecho ni ninguna libertad más elemental. Las imágenes que transmiten los medios son las propias de un caos perfectamente organizado por su contundencia y destrucción. Por lo visto en Cataluña no se pueden jugar el partido de balompié, más visto en todo el mundo como es el clásico Real Madrid. Barcelona, algo que solo ha sucedido en Argentina. Pero también se puede observar algo más elemental pero gravísimo como es que los pensionistas asturianos no desean ir de ninguna de las maneras a pasar unos días de vacaciones a la tierra de la sardana, por temor fundados de ser agredidos. Incluso el humilde partido de baloncesto: Lérida-Oviedo ha sido suspendido por el estado de vilencia que vice la ciudad catalana.
Los Políticos no se ponen de acuerdo para aplicar la ley a un presidente de la Generalidad que encabeza las manifestaciones violentas contra España. Otros piden que se aplique hasta el artículo 155 con todas sus consecuencias. Quien tiene que aplicarlo, Pedro Sánchez, por motivos electorales y porque depende de los que le auparon al poder en la mención de censura, prefiere la prudencia y la proporcionalidad, para evitar lo que parece no tener fin un día sí y otro también: el terror, la violencia y la destrucción.