Sólo sabemos que hay acuerdo para llegar a un acuerdo sobre el precio de la leche, nada más y nada menos, y eso tiene en vilo a miles ganaderos por falta de rentabilidad. Tejerina (en la imagen) tiene en su mano sacar al sector de una estafa y esa solución pasa, quiera o no, con un precio mínimo. Las negociaciones con el sector lácteo se traducirán, ha dicho la ministra de Agricultura, "en mejores precios". Pero insiste en que el problema está en la cadena de distribución y no en un precio mínimo, siguiendo, sin ir más lejos, el modelo francés. Y eso es, ni más ni menos, lo que exigen los principales afectados, los ganaderos, encerrados en una espiral diabólica: vender a 28 céntimos el libro de leche, cuando les cuesta producirlo 32 céntimos. Y Tejerina, perseverante al desaliento, insiste: "Se me hace muy difícil pensar que haya alguien que se quiera quedar fuera de un acuerdo en beneficio del sector lácteo". ¿A qué no? Hispanidad redaccion@hispanidad.com