Vamos conociendo, poco a poco, algunas características de la banca digital, la misma que pregona sin descanso el presidente de BBVA, Francisco González (FG). La última, que se trata de una banca... diáfana. No es ninguna broma. De hecho, a la hora de acondicionar La Vela -la nueva sede del banco (en la imagen)- los responsables de la entidad dejaron clara una cuestión que debía cumplirse sí o sí: la diafanidad, es decir, no podía haber papeleras ni percheros. Todo muy digital. Ahora bien, llegaron los empleados que, para desgracia de FG no son digitales sino de carne y hueso, y comprobaron que no podían colgar sus abrigos, sus americanas y sus chaquetas. Luego, esos mismos empleados comprobaron que no tenían dónde tirar los pañuelos usados, el envoltorio de los caramelos para la tos y el del bocata. Como es lógico, las quejas no tardaron en llegar. Solución: añadir unos pequeños 'clavos' en los puestos de los empleados –como las que hay en los aviones- para que puedan colgar las prendas –, y poner algunas papeleras estratégicamente colocadas. Tampoco muchas, que la diafanidad de la banca digital es algo muy serio. Hispanidad redaccion@hispanidad.com