El Gobierno avanza para proteger al ciudadano contra la Plandemia. Ahora, si un pasajero presenta síntomas durante un vuelo, “se debe definir un área de aislamiento, dejando, si es posible, dos filas de asientos despejados en cada dirección alrededor del pasajero sospechoso”. “Teniendo en cuenta todos los factores, cuando sea posible, el pasajero sospechoso debe estar sentado en el asiento de la ventana de la última fila, preferentemente en el lado de la aeronave donde esté la válvula de salida. Si al finalizar el vuelo el pasajero no está a bordo del avión, que nadie sospeche nada. 

Según publica La Razón, además, cuando sea posible, el baño más cercano al pasajero sospechoso debe estar específicamente designado para él y no debe ser utilizado por el resto de los pasajeros de la tripulación”. Si el pasajero sospechoso viaja acompañado, los acompañantes también deben estar confinados en el área de aislamiento”. ¿Y si al pasajero le ha tocado el asiento en las últimas filas, entra por la puerta delantera del avión y tiene que recorrer todo el pasillo para llegar a su sitio? Entonces, -imaginamos- cuarentena para todo el pasaje, piloto y tripulación incluidos.

Lo que sí refleja la normativa del Gobierno es que los pasajeros que se sentaron a dos asientos en todas las direcciones del pasajero sospechoso pueden considerarse contactos cercanos y deberán ser entrevistados si se confirma el caso sospechoso. Y, si se descubren más casos entre estos, se debe considerar un seguimiento a todos los pasajeros del vuelo. El Gobierno también recomienda a los miembros de la tripulación mantener el menor contacto posible con los viajeros y la instalación de filtros HEPA o que eviten la recirculación del aire de la cabina por completo, siempre que se confirme que esto no comprometerá ninguna función crítica de seguridad.

Todos locos. Algunos peligrosos.