
La vicepresidenta del Tribunal Constitucional, Inmaculada Montalbán, acaba de decretar justo lo que quería el Gobierno Sánchez que decretara: que la ley de Amnistía, la norma que mayor oposición popular encontró es totalmente constitucional
El Tribunal Constitucional ha decidido, con gran sorpresa e incluso asombro de todos, todas y todes, de españoles y españolas y españolos, que la Ley de Amnistía es constitucional.
¡Miren qué cosas! Un TC presidido por Cándido Conde-Pumpido, con una ponente, la vicepresidenta Inmaculada Montalbán, acaba de decretar justo lo que quería el Gobierno Sánchez que decretara: que la Ley de Amnistía, la norma que mayor oposición popular encontró es totalmente constitucional. Yo me he quedado de piedra. Esto me recuerda aquello de que las casualidades existen, las coincidencias no.
Ahora, queda que el pleno, todos y todas, del TC decida si aprueba la moción de Inma. Y uno, que es listísimo y particularmente astuto, apuesta a que el asunto será aprobado por la misma mayoría de miembros nombrados a propuesta del Gobierno Sánchez y sus aliados, mientras los nombrados por la derecha votarán en contra. ¿Que por qué lo sé? Porque soy muy listo y porque creo en la democracia y no sospecho, ni por un segundo, que el TC sea el producto de un cambalache político.
Lo mejor es que el fundamento jurídico de Montalbán, lo que realmente ha llevado a sus mentes a aprobar algo tan horrible de la Ley de Amnistía ha sido la necesidad de una reconciliación nacional, es decir, de una reconciliación ente España y los separatistas catalanes que querían dejar de ser España. ¿Acaso ahora no lo quieren? ¿Acaso se han arrepentido de haber hecho una declaración de independencia o de haber convocado un referéndum ilegal? No, no se arrepienten, se enorgullecen de ello. ¿Es reconciliación o rendición?
Eso sí, 'Puchi' aún no podrá pasear por la Diagonal, porque le acusan de malversación de fondos.