El análisis de la comunicación no verbal de Zapatero concluye que el actual secretario general del PSOE es un "clon" de Felipe González. La sombra de "Felipe" siempre ha sido alargada y ha planeado sobre la nueva marcha del partido. Sólo faltaba que el nombramiento de "Sosoman" como secretario general fuera bendecida por el diario El País. Bendición que no se produjo hasta que el sumo sacerdote Polanco entendió -con las encuestas del CIS en la mano- que el PP estaba suficientemente castigado y que debía apostar por un rostro para el recambio.
Zapatero ha tratado de hacerse un hueco en el partido. La nueva ejecutiva ha tenido que lidiar con los históricos elefantes, los barones regionales, el federalismo de Maragall y la indefinición de algunos miembros del PSE. Finalmente, el secretario general del PSOE ha optado por "pasear" a Felipe por los pueblos y ciudades de España, para que sea el líder quien apuntale el proyecto socialista. Zapatero responde así a las peticiones realizadas desde las diferentes federaciones regionales para que fuera Felipe -y no el actual secretario general- quien con su presencia apoyara su candidatura.
José Blanco será el encargado de gestionar la logística de las visitas de la antigua gloria que compatibilizará sus discursos populares con sus relaciones internacionales. ¿Y el Parlamento? Ese ni pisarlo, no sea que se contagie de voluntad popular libremente expresada en las urnas...