• El CEO Manuel Galuccio habla de una entente entre Chevron, Bulguerone y Repsol para explotar Vacamuerta... que sólo está en su cabeza.
  • Desde luego, Brufau no piensa retirar su demanda ante el Ciadi.
  • Al tiempo, la Casa Rosada chantajea a Chevron: si invierte en Vacamuerta apoyará su litigio con Ecuador.
  • Argentina, otra vez al borde del abismo (y no precisamente fiscal). Problema en el suministro de luz y subida de los carburantes.

Desde que la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner decidió expropiar YPF a Repsol sin compensación alguna, el precio del combustible ha subido cuatro veces. Y hace dos semanas se produjo el gran subidón del precio del gas, que en algunos casos alcanzó el 200%. Todo ello en medio de una contestación social provocada por la corrupción rampante y, sobre todo, por la inseguridad ciudadana, con una presidenta despeñada por la demagogia más vulgar. Es más, Fernández de Kirchner empieza ya a ser discutida en el seno del propio peronismo, más que nada porque el país se cae a pedazos.

Y en esas surge Miguel Galuccio (en la imagen), el CEO post-expropiación de YPF. Galuccio ha lanzado la especie de que negocia con la expropiada Repsol un tratado de paz, que pasaría porque tres entidades, los chinos de CNOOC, los norteamericanos de Chevron  y los españoles de Repsol invirtieran en Vacamuerta.

Naturalmente, en Repsol no están dispuestos a que les quitaran YPF sin indemnización y ahora pretendan que ese justiprecio consista en que la propia Repsol vuelva a invertir en el yacimiento que ella descubrió. Por tanto no existen tales negociaciones... ni Antonio Brufau va a retirar su demanda, ya admitida, ante el Ciadi (Banco Mundial).

Pero es que tampoco puede hablarse de que Chevron -que, aún así, afronta una demanda de Repsol- esté por la labor. Chevron ha firmado un memorándum de intenciones por el que tiene cuatro meses para decidir si invierte en Vacamuerta. Ahora bien, los estadounidenses no se fían del Gobierno argentino -para ser exactos, de Cristina Fernández no se fía nadie desde la expropiación de YPF- y ponen dos condiciones. Repatriar beneficios que tiene estancados en Buenos Aires y solucionar su problema medioambiental en Ecuador.

Les explico: un juez ecuatoriano ha admitido una querella en Ecuador contra Chevron por delito medioambiental Como los norteamericanos se negaban a pagar el juez ha solicitado un embargo de los activos de Chevron en Argentina... y un juez argentino ha aceptado la petición. Total: que Chevron necesita que Cristina Fernández interceda ante Rafael Correa. Y no será fácil, porque ahora Fernández y Correa se disputan el liderazgo de la progresía iberoamericana, esto es, la sucesión de Hugo Chávez como jefe del bolivarianismo indigenista.

Lo de los chinos de la petrolera estatal CNOOC resulta aún más rocambolesco. Por una parte, se anuncia que Pan American Energy, la petrolera de los hermanos Bulgheroni, próximos a la Casa Rosada, también invertirá en Vacamuerta. Lo cierto es que CNOOC es socio de Bridas Internacional, filial de Bridas, donde están los Bulgheroni. Un camino muy largo hasta concluir que CNOOC invierta en Vacamuerta.

Por tanto, el plan de Galuccio es, por ahora, una entelequia. Pero lo peor no es eso: lo peor es que los son los argentinos, no su Gobierno, quienes están sufriendo la amenaza de falta de suministros, con constantes subidas del precio del combustible, subidón del precio del gas, básico para la población argentina y con un suministro eléctrico intermitente en zonas de Buenos Aires, justo cuando en el verano austral el termómetro alcanza temperaturas de hasta 40 grados.

Miriam Prat

miriam@hispanidad.com