Mientras las empresas extranjeras, y entre ellas Repsol YPF, SCH, BBVA y Telefónica, esperan a conocer dónde acaba el afán nacionalizador de dictador venezolano Hugo Chávez, el enfrentamiento entre el caudillo bolivariano y la Iglesia, la institución más prestigiosa en aquel país, es ya directo y sin ambages. Tras el duro comunicado de la Conferencia Episcopal sobre el recorte de libertades en el país, Zenit informa de que los laicos católicos han emitido un comunicado. Un comunicado suave en las formas, en cuanto que no califica, pero de durísimo fondo, donde acusa a Hugo Chávez de manipular el evangelio, y de atentar contra la libertad de expresión, el pluralismo democrático, la libertad religiosa y la concentración de poder en su persona: "Rechazamos la concentración de poderes en el Presidente de la República y los poderes especiales que otorga la Ley Habilitante, ya que excluye la opinión y participación de los Poderes establecidos en nuestra Constitución y las del soberano pueblo de Venezuela".

Resulta destacable que las críticas más duras, más definitivas, de los católicos venezolanos lleguen después de las elecciones que Chávez ha convertido en plataforma legal para la implantación de su tiranía, con la asunción de todos los poderes, el gobierno por decreto y el derribo de todo el andamiaje constitucional.

A pesar de todo, el Gobierno español continúa apoyando sin fisuras al dictador castrista de Venezuela.