Una década de continua evolución sobre las mismas raíces
Hispanidad nació el 20 de marzo de 1996, cuando sólo un periódico tradicional, La Vanguardia, había lanzado su edición digital. Desde luego, dentro de la prensa electrónica independiente fue el pionero; por tanto, hoy es el decano del sector.
Y en efecto, enseguida, se marcó la diferencia entre las ediciones digitales conocidas como los punto es- y los digitales independientes, que iban surgiendo de pequeñas empresas constituidas por autónomos.
También se divide el lenguaje y el tratamiento informativo. Los primeros comienzan trasladando a Internet su edición impresa, un puro copiar y pegar. Luego, comienzan a elaborar ediciones propias, pero con el eterno peligro de canibalizar el soporte papel.
Por su parte, Hispanidad comienza como un mero resumen de prensa, y en este punto sería imitado más tarde por otros digitales. La potencia de tiro informativa era escasa y el grafismo, así como lo hiperenlaces, que luego se convertirían en el instrumento típico del diseño digital, mínimos. Es más, algunos anunciantes no tenían todavía página web corporativa, por lo que su publicidad era estática.
La agencia Efe, ya en octubre del mismo año 96, se refería a una segunda edición, vespertina (a as 17.00 horas), con las noticias del día. En efecto, en el periodismo electrónico, enseguida se reprodujo la misma división del periodismo tradicional, entre medios que informan y medios que rehacen la información ajena. Había que dar el salto cuanto antes. Y se dio, aunque aún dentro de los moldes del periodismo objetivista, no analítico.
El desaparecido Diario 16 destacaba, como casi todos los medios, que se trataba del primer periódico estrictamente electrónico de España. Desde luego, no sería el último. En la misma línea caminaba El Mundo, que más tarde lanzaría la edición punto es más visitada de la prensa española. El semanario Tiempo insiste en el concepto de acceso gratuito. No era baladí, dado que fue, y aún sigue siendo, uno de los debates más importantes de la nueva prensa de Internet entre los partidarios de la información gratuita y quienes piensan que debe ser de pago, Por el momento, la victoria, total y avasalladora, corresponde a los primeros.
No terminaba el año 96 cuando ya se introducía el análisis y la opinión. La defensa de la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural tenía que ser, lógicamente, una de las clave de un periódico de ideario cristiano. Comenzaba entonces el octavario de ocho años que no días- de José María Aznar en el poder, que supondría la multiplicación del aborto en España, hasta los 85.000 del año 2004.
En 1999 vemos ya a una Hispanidad enfrentada al Gobierno de turno que en aquel entonces le correspondía la Partido Popular. Eran los años de mayor apogeo de Aznar, que en breve conseguiría su famosa mayoría absoluta, inicio de su declive. El diario tenía ya muy claro que el periodismo tiene que situarse enfrente del poder político, económico y cultural. La crítica al centro reformismo fue una de las constantes de los editorial de Hispanidad. Hoy, del centro reformismo ya no habla ni el propio Partido Popular.
La defensa del mundo hispano ha sido otra de las constantes de un periódico que pretendía hacer honor a su nombre. Del mundo hispano y de la frontera abierta a la inmigración, una de nuestras propuestas más castigadas desde la izquierda y la derecha. Además, Hispanidad siempre ha pedido una discriminación positiva para los recién llegados de Iberoamérica, del mimo forma que Reino Unido y Francia privilegiaron a los habitantes de sus antiguas colonias.
Crecen los anuncios, los enlaces y el colorido de Hispanidad. El primer lustro del diario ya exige dos secciones que serán claves en el futuro y que se mantienen en el formato actual: novedades bibliográficas y estrenos de cine.
Se mantiene el espíritu de análisis e información confidencial, pero se incorpora una información en tiempo real. Primero fue la agencia Efe quien la solicitó, más tarde, y ahora, tomaría el relevo Europa Press.
El 11 de enero de 2004, Hispanidad aseguraba que Felipe González apuesta por José Bono, algo que él mismo reconoció a posteriori. No confiaba en Zapatero y no le gusta Zapatero, pero la Moncloa otorga poder y experiencia y el poder desgata a quien no lo tiene. Nos encontramos en plena euforia del Partido Popular convencido de que arrasará en las elecciones de 2004, con Rajoy a la cabeza. Luego, la realidad sería un poco diferente.
Se produce entonces el cambio de diseño con titulares hiperenlazados. Lo pedían muchos lectores, pero a otros muchos no les gustó. Era el tributo que había que pagar a la modernidad. ¿O no?
Hoy, Hispanidad sigue creciendo en secciones, con una publicidad más enfocada hacia el servicio y con el mismo sesgo económico, si cabe acentuado, que al comienzo. El espíritu sigue siendo el mismo : información explicada, información diferenciada y un empeño por condenar la actualidad, no con una exposición exhaustiva, sino proporcionando la claves del momento. Ustedes juzgarán hasta qué punto lo hemos logrado.