Silencio, cierra los ojos, escucha. ¿Lo sientes? Es la vida, no es un privilegio, es un derecho, es lo único que tienes. Contemplas ese misterio, eres consciente de su valor y asumes el compromiso de defenderla por aquellos que no pueden, por ti, por todos.
El mundo necesita una mayor sensibilización hacia la cultura de la vida y este fin de semana el mundo mira a Zaragoza como una ciudad en la que merece la pena vivir.
El teléfono de la vida, Provida Aragón, Ainkaren, Médicos por la vida y Red madre, nombres de asociaciones en Aragón que son conscientes de lo que necesita una mujer embarazada para luchar por la vida de su hijo y renunciar al drama del aborto. Les apoyan 500 voluntarios en lo psicológico, económico y en formación. El sábado se encenderán una vela por cada niño que ha muerto desde la despenalización del aborto en España. Total, un millón de velas que recorrerán cuatro kilómetros, atravesando Zaragoza la noche del sábado 7 de noviembre.
Me dicen los organizadores que se han inscrito 900 personas, venidos de catorce países a cantar una sinfonía por la vida. Durante tres días, con la fuerza de la palabra y el testimonio se trasladará al mundo un mensaje alto y claro, la alegría del don de la vida y que merece la pena apostar por ella. Ahora vuelve a cerrar los ojos pero no escuches, tan solo piensa, siente.
La crisis sería menos crisis si viviera más gente, más jóvenes. La defensa de la vida en Aragón se construye a base de atender a esas madres, que se sienten solas, desamparadas, sin recursos, cara a cara o vía teléfono, las 24 horas, sin interrupciones de ninguna clase. En positivo, sin alardes, ni grandes manifestaciones, sin luz ni taquígrafos. Cada día enciendo una vela a favor de la vida.
José María Moncasi de Alvear