• "No está en consonancia con nuestra responsabilidad dentro de nuestro entorno natural de seguridad estratégica", asegura el general Jesús Argumosa en Atenea.
  • "Es necesario impedir a toda costa que Malí se convierta en una base de Al Qaeda y que no se establezca un nuevo Afganistán en nuestro entorno estratégico", argumenta.
  • Francia ha entrado este lunes en la ciudad de Diabaly, en el centro de Malí.
  • El balance de la cifra de muertos en la toma de rehenes de Argelia sube a casi sesenta. 
Lo último de la guerra que libra Francia -con el apoyo de algunos países africanos- contra los yihadistas en Malí es que una columna de vehículos de transporte de tropas franceses y malienses ha entrado hoy en la ciudad de Diabaly, en el centro del país, después de la retirada de las milicias islamistas que la ocupaban. Diabaly está a 350 kilómetros al norte de la capital, Bamako, y había albergado el contingente más numeroso de los rebeldes al sur de su frente principal, formado por las localidades de Mopti y Sevare, hasta que los bombardeos aéreos franceses los obligaron a escapar o a intentar mezclarse con la población local.

Además, las fuerzas armadas de Francia lanzaron una decena de operaciones durante el fin de semana en Malí con cazas y helicópteros artillados. Las fuerzas francesas han ampliado sus posiciones hacia el norte desde la localidad central de Markala luego de reforzar su presencia en las comunidades de Niono y Mopti, según el coronel Thierry Burkhard, vocero de la institución castrense de Francia.

Y es que los franceses van en serio y es de agradecer. Porque los yihadistas son una amenaza para la libertad y los derechos humanos. Como se recordará, los yihadistas atacaron una planta de gas el miércoles en Argelia y han amenazado con realizar más ataques a menos que las potencias occidentales pongan fin a lo que calificaron como una agresión contra los musulmanes en el vecino Malí.

Hasta el momento, el balance de rehenes fallecidos en el asalto del ejército argelino a la planta de gas se eleva a sesenta.

En este contexto, hay voces cualificadas que abogan por una mayor implicación de España en la guerra contra los yihadistas de Malí y en ayuda a Francia. El general español Jesús Argumosa da su opinión en la revista Atenea: "En mi opinión, la implicación de nuestro país en Malí, hasta ahora, es débil y no está en consonancia con nuestra responsabilidad dentro de nuestro entorno natural de seguridad estratégica". "Así no conseguiremos "asegurar una España fuerte, que permita mantener la influencia necesaria en el contexto internacional" como señala la Directiva de Defensa Nacional 2012, firmada por el presidente del Gobierno, el pasado verano".

Ya que, subraya el general, "es necesario impedir a toda costa que Malí se convierta en una base de Al Qaeda y que no se establezca un nuevo Afganistán en nuestro entorno estratégico. A nadie se le escapa que la guerra actual en Malí afecta directamente a nuestros intereses nacionales. El territorio noroeste maliense -precisamente donde las organizaciones yihadistas han establecido el estado islámico de Azawad, el pasado mes de mayo-, dista menos de 1.000 km de nuestras Islas Canarias".

José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com