Una cuarta parte de las empresas vascas optarían por abandonar el País Vasco en caso de que el Gobierno Ibarretxe diese un golpe de mano independentista. Sin embargo, la cifra de empresas que observan con recelo el plan soberanista del "lehendakari" se eleva a cerca del 60% de las 1.000 compañías vascas estudiadas.

Las conclusiones de este estudio han sido publicadas por el Ministerio de Hacienda en un informe titulado "Los costes de la secesión". Según su autor, el Catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Complutense, Mikel Buesa, los costes estarían en una horquilla entre el 10,5 y el 19,5%. El estudio se basa en el supuesto de una independencia ajena al entorno de la Unión Europea, donde el País Vasco debería de emitir su propia moneda y pagar aranceles por sus transacciones comerciales.

El estudio no contempla, sin embargo, el igualmente eventual escenario de un País Vasco como estado 16 -o 26 tras la incorporación de los 10 candidatos el 1 de mayo- con moneda única y libertad comercial. Tampoco analiza el impacto económico que supondría el más que probable traslado de sede social de Iberdrola y BBVA a Madrid "por falta de datos".