Decir, como hace el Sr. Bono, que ser cristiano consiste en seguir a Jesucristo y no al obispo Martínez Camino es algo más que una burda simpleza.
Primero porque el Secretario de la Conferencia Episcopal no se ha pronunciado en este tema a título personal, sino que ha expuesto la doctrina inmutable de la Iglesia según la cual el aborto es siempre el asesinato de un inocente. Pero además, pretender seguir a Cristo dando la espalda a la Iglesia es algo que sólo puede conducir al escepticismo o la secta.
Y es que como decía San Agustín, no estoy totalmente seguro que sea suyo aunque se lo atribuyo: No puede tener a Cristo por padre quien no tiene a su Iglesia por madre.
Este tipo de ardides pretenden sembrar discordia y generar confusión, y sólo se explican por interés partidista. No se puede ser católico y rechazar la enseñanza única de la Iglesia en un asunto grave. De este modo, en lugar de propiciar un cambio de rumbo en la política laicista de su partido, Bono se convierte en un servidor eficaz de la misma. Triste papel el de don José, ¿No le parece Sr. Director?
Jesús Domingo Martínez
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