¡Qué tío! Cada día, siempre originalísimo, se inventa una injuria nueva contra El Vaticano, el Papa, los obispos, los curas y los creyentes en general. Una tarea ímproba que sólo superhombres como el gran Manolo puede afrontar. Lo de la edición del jueves 20 de mayo, en la que ha aportado dos originalidades, y riza el rizo. Ojo al dato:
1. En el Vaticano, asegura Manolo, adoran a un dios que nadie ha visto. Ya lo dijo Yuri Gagarin, el pionero ruso en el espacio, que, tras darse un garbeo alrededor del planeta demostró científicamente las tesis de la CCCP y del PCUS: No he visto a Dios. Pues si Gagarin no lo ha visto Manolo Seco tampoco. Y si no lo ha visto Manolo, ¿no pretenderán que creamos en su existencia?
Se repite aquí lo del viejo irlandés, acusado por el fiscal: Puedo mostrarle a dos testigos que aseguran haberle visto apuñalar a su vecino. Pero nuestro acusado se mantuvo firme: Y yo puedo mostrarle -respondió- a miles de testigos que no me han visto.
La segunda afirmación no es menos brillante. Yo no había caído en la cuenta pero Seco es una fuente de sabiduría, originalidad y brillantez y de ahí su denuncia. Lo acepten o no, el Vaticano es un país terrorista, porque aterroriza -como su mismo nombre indica- al personal con el infierno. Se trata del peor de los terrorismos, el psicológico, de alcance global porque la psicología es común a toda la humanidad. No sólo porque casi todos los seres humanos, especialmente los de nacionalidad argentina, tengan el título de psicólogo colgado en su cuarto de estar, sino porque todos ellos, el 100 por 100, tienen psicología.
O sea, que lo del Papa es terrorismo del mundo mundial.
Enhorabuena, Manolo. Ahora, lo único que falta es pasar a la acción. Hay que empezar a incendiar templos, a ser posible con bicho dentro. Es hora de pasar a la acción. Porque esto es lo malo, Manolín: no hay manera de terminar con ellos. Son terroristas mundiales y, sin embargo, nadie les ha metido en el trullo. Ni Garzón.
Eulogio López
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