Este año la productora hispano holandesa repetirá el beneficio de 2003: 96 millones de euros. John de Mol afirma que Telefónica no sabe qué hacer con la productora, aunque niega que esté interesado en comprarla. Fracasan los intentos de Alierta por dignificar sus productos

Endemol es una de las grandes productoras de televisión del mundo. Un buen día, cuatro años atrás, Juan Villalonga tuvo un acceso de enajenación transitoria y compró Endemol por 900.000 millones de las antiguas pesetas (unos 5.422 millones de euros). Eso sí, lo hizo por intercambio de cromos, lo que convirtió al fundador de Endemol, John de Mol, en el primer accionista de Telefónica, con cerca del 1,5% del capital. Si hemos de hacerle caso, a pesar de su reciente salida de la productora y en su empeño en hacerle la competencia desde fuera, el señor De Mol no habría vendido ni una sola acción de la operadora española.

Sin embargo, hace días declaraba a una revista holandesa: César Alierta dirige magníficamente la compañía, pero creo que Telefónica no tiene claro qué hacer con Endemol. Lo cierto es que el holandés está un poco molesto con Alierta que le situó encima, como primer ejecutivo, a Joaquín Agut, antes presidente de Terra. En Holanda advierten que los directivos de Endemol están muy enfadados porque sienten en la nuca la presión de los directivos españoles. Al mismo tiempo, y sin que no se haya concretado oferta alguna (al menos ninguna oferta ha llegado hasta Telefónica), se rumorea que el equipo directivo estaría dispuesto a recomprar la compañía.

Pero en algo tiene razón John de Mol: la productora holandesa es maestra en telebasura. Suyos son programas como Crónicas Marcianas, Gran Hermano, La Granja, etc. Para contrarrestar esa imagen, bastante degradante, Endemol alardea de que también es la propietaria de Operación Triunfo. La verdad es que la visión de Endemol en España es especialmente negativa por cuanto este país se ha convertido en el paraíso de la telemierda, pero los directivos de Endemol insisten en que en otras televisiones triunfan otros formatos de la firma como Si quieres ser millonario o Pactar o no pactar. Asimismo, Endemol se ha convertido en un líder de la interactividad y ha puesto en marcha videojuegos, música para móviles e Internet, etc.

Y a todo esto, ¿qué piensa Telefónica? Pues, la operadora española piensa que la cutre imagen de Endemol no le beneficia, pero tampoco está dispuesta a malvender lo que le costó más de 5.000 millones de euros. Desde luego, no está dispuesta a venderla a los directivos (que lo quieren a precio de saldo), ni a John de Mol, quien parece encontrarse muy a gusto con su paquete de Telefónica ahora que la operadora ha regresado al dividendo.

Es más, Telefónica ha vivido en Endemol una de las claves de la industria cultural en el siglo XXI. El equipo Alierta intentó des-frivolizar la productora hasta que llegó a la conclusión de que la gente no hace lo que quiere hacer, sino lo que sabe hacer. A partir de ahí, la tentación de la venta es muy clara, aunque no a cualquier precio. A fin de cuentas, una filial que te aporta 96 millones de euros, sólo molesta a la conciencia.