Sr. Director:
Cada 22 de diciembre se reproducen en los medios de comunicación las mismas imágenes. A unas cuantas personas agraciadas con los premios mayores se les entrevista y todos, viéndose con una enorme cantidad de dinero en las manos, reaccionan igual: saltos, gritos, y planes rápidos para gastar (¿malgastar?) el dinero que acaban de ganar. Y todos tienen los mismos deseos: un gran viaje y uno o dos lujosos coches... un derroche total.
Eso es lo que le ha pasado a nuestro flamante presidente del Gobierno: se ha encontrado con unas arcas saneadas, con mucho sacrificio, por el anterior Gobierno, arcas que encontró con un déficit importante, al que, con su actitud, otra vez nos quiere llevar.
Las subidas prometidas y tan rápidamente cumplidas se deben únicamente a la proximidad de las elecciones europeas. Quiere que todos creamos que su gestión será eficaz, juega con la psicología de la ciudadanía, por lo tanto, engañándola. Le recuerdo al señor Zapatero, que la deuda española era tan inmensa, en la época en que su partido gobernó, que González nos aconsejó hacernos planes de pensiones si queríamos comer cuando nos jubilásemos, porque las arcas de
Manuel González Ferrer
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