Obedece pero no comparte. El vicepresidente económico del Gobierno, Pedro Solbes, ha dado a entender a sus socios parlamentarios de Izquierda Unida que la retirada del abogado del Estado del caso de las cesiones de crédito no es cosa suya, sino del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. La excusa resulta difícil de creer, dado que siendo ministro de Economía, allá por el año 94, hizo lo mismo : apoyó a Emilio Botín con la retirada del Estado como parte acusadora, a pesar de que el damnificado por las cesiones de crédito es la Hacienda Pública.
Al parecer, siempre según Solbes, Zapatero le está muy agradecido a Botín por el apoyo de éste y de su hija, Ana Patricia Botín, ante la comunidad financiera, cuando era líder de la oposición y nadie creía en sus posibilidades políticas, quizás, tampoco él mismo.
Se repite así la historia del agradecimiento de José María Aznar, por exactamente la misma cuestión, a la familia Botín, antes de 1996.
El caso es que Solbes, que tuvo que aguantar una interpelación parlamentaria de Izquierda Unida reprochándole su actitud genuflexa ante Botín, afronta ahora uno de sus proyectos más ambiciosos y más rentables electoralmente hablando : el Plan de Lucha Contra el Fraude Fiscal, que afectará a muchos españoles, salvo a Emilio Botín. ¡Qué papelón el del vicepresidente económico!