La semana pasada el Secretario de Estado de Presupuestos, Miguel Ángel Fernández Ordóñez (MAFO) se mostró partidario de estudiar el modelo de financiación autonómica, aunque recordó que el actual modelo gozó del consenso de todas las fuerzas políticas y que el margen financiero del Estado se encuentra muy reducido al controlar tan sólo el 19 por ciento del total de recursos públicos administrados.

 

Eso sí, ya anunció entonces que la Intervención General trabaja en un estudio completo sobre la deuda autonómica concluyendo que "no estaba tan controlada como presumía el anterior Gobierno". MAFO sostenía que la Ley de Estabilidad Presupuestaria no había llegado a las CCAA que habían optado por endeudamiento encubierto a través de empresas públicas y consorcios.

 

Pues bien, tras esta andanada llega la de Solbes. El ministro de Economía asegura estar dispuesto a revisar el sistema de financiación autonómica, siempre que no suponga más aportación para el Estado. Actualmente la administración central aporta el 32 por ciento de los recursos del sistema autónomo frente al 69,61 por ciento del anterior sistema de financiación autonómica.

 

El mensaje de Solbes es muy claro: si alguna CCAA quiere más, será a costa de que otra reciba menos. ¿A que el próximo Consejo de Política Fiscal y Financiera se prevé intenso? Además, Solbes marca distancia respecto al principio "pagar según la renta y recibir según la población" desarrollado por el conseller de Economía de la Generalitat, Antoni Castells. Según Solbes, a ese principio hay que aplicar algunos elementos "correctores" como la dispersión del territorio, el desarrollo de infraestructuras, la insularidad y la "perifericidad".

 

O sea, Solbes se enfrenta abiertamente a las "hipotecas catalanistas" de las que habla el ex ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. Y por si no se ha entendido suficientemente, anuncia que endurecerá los requisitos para que el Estado avale la deuda autonómica. Exactamente la misma amenaza realizada por el anterior Gobierno... y nunca practicada. "Si quieren reducir la deuda, que cierre el grifo del aval" clamaba el ex director de la Oficina Presupuestaria, José Barea, en el desierto.