Este martes se presenta en el Congreso una proposición de ley de apoyo a la maternidad e incentivo a la natalidad. En realidad, la iniciativa había sido vendida a la opinión pública hace meses bajo el reclamo de que se permitiría la adopción prenatal. Es decir, el niño en gestación gozaría de todos los derechos del nacido; también la posibilidad de tramitar la adopción antes del parto. Pues bien, el anuncio estrella se ha caído y la propuesta queda como un conjunto de ideas para apoyar la conciliación entre la vida profesional y familiar, mejoras en el régimen de la Seguridad Social, etc.
Por otra parte, el portavoz popular del Pacto de Toledo, Tomás Brugos, aboga porque el sistema reconozca la maternidad. No es lo mismo un soltero como yo que una madre que abandona el mercado laboral para cuidar a sus hijos tras 12 años de cotización y que no sólo pierde salario sino que pierde derechos. Más claro agua.
Por su parte, desde el PSOE se tira la toalla. La portavoz socialista en el Pacto de Toledo, Isabel López se muestra satisfecha por haber pasado de un índice de natalidad del 1,2 hijos/mujer a uno de 1,4. Griñán propuso que las mujeres que tuvieran tres o más hijos tuvieran una pensión mínima y todos lo rechazamos porque pensamos que el sistema no lo aguantaría, así que no nos rasguemos ahora las vestiduras. Por último, Gaspar Llamazares aboga por una política familiar basada en las guarderías y en la escuela de 0-3 años mientras que Sánchez Llibre defiende una política familiar integral en la que el sistema premie a las familias como se plantea en Francia, Bélgica, Irlanda o Francia. Incluso en Gran Bretaña, el conservador Cameron ha abierto el debate por la defensa del matrimonio. El diputado catalanista recuerda por último que CiU presentó una proposición no de ley hace dos años en este sentido que sigue durmiendo el sueño de los justos.
