El presidente de la SEPI, Ignacio Ruiz-Jarabo, salió bien librado de lo que se supone será su última rendición de cuentas de la empresa pública española. Y es que a don Ignacio le ha venido bien la huelga de los astilleros públicos Izar, con enfrentamientos diarios entre trabajadores y policía, porque, de esta forma, han quedado aparcadas otras cuestiones mucho más agravantes como la privatización de Transmediterránea o el caso más sangrante de toda su gestión: la reprivatización de Aerolíneas Argentinas, y su entrega al Grupo Marsans, personificado en los empresarios Gerardo Díaz, Gonzalo Pascual y Antonio Mata.

Ruiz-Jarabo ha podido evitar, una vez más, y ante la desidia de la oposición socialista, dar explicaciones sobre el regalo que el Estado español le hizo a estos tres empresarios: regalo de la compañía y regalo del, por el momento, 750 millones de dólares. Al menos, 300 millones de dólares, destinados a saldar las deudas de Aerolíneas, no han alcanzado su objetivo. En el Congreso español, quedan aún ocho preguntas sobre Aerolíneas de la oposición socialista que el Gobierno simplemente se niega a responder alegando la convocatoria de elecciones.

Y en el entretanto, resulta que Gerardo Díaz, presidente de Pullmantur, ha comprado un nuevo barco de crucero, el Super Star Aries, con capacidad para 1.100 pasajeros. Al menos, no ha sido con dinero público.