• El Ejecutivo quiere llegar a un acuerdo con la presidenta Cristina Fernández.
  • En cuanto al balance, el principal problema contable de Repsol es de Tesorería.
  • La cuarta parte del total de la deuda son preferentes. Un problema difícil de digerir.
  • Además, los intereses netos de esa deuda crecen un 25%. Conclusión: el proceso de desinversiones se acentúa.

Debo confesar que mi capacidad de sorpresa se va superando por momentos. Me explico, los ejercicios de malabarismo en información financiera que se están haciendo en estos malos tiempos para presentar las cuentas rayan en la creatividad informativa, y me recuerdan al genial libro que leí a mi llegada al mundo financiero La Contabilidad Creativa.

La presentación realizada el jueves por la petrolera Repsol de sus cuentas, cerradas a finales del tercer trimestre del año, están plagadas de datos "cocinados" de mil formas para no llamar a las cosas por su nombre. Datos parciales del último trimestre, comparaciones de trimestres con tasas anuales, datos excluyendo sociedades o actividades, etc. Parece que todo este maquinado para los que tenemos que desentrañar los entresijos de los resultados de las empresas, nos cueste llegar a las conclusiones de la situación real.

En Repsol, no es otra que los beneficios netos del Grupo han sido de 1.796 millones de euros, un 5,5% más que durante el mismo periodo del año anterior. Y lo más importante es el problema de liquidez. El Grupo Repsol tenía una deuda neta de 11.663m€ el 2011 y en este año a septiembre la deuda neta es de 12.916m€, de los que 3.200m€ son preferentes.

Estas cifras deberían estar en la primera página de cualquier presentación con letra negrita, pero se empeñan en hacernos ver la botella medio llena, con eufemismos y ratios de último cuño, que distraen la atención sobre las cifras importantes.

También resulta relevante que los intereses netos pagados por Repsol han crecido en un 24,9%, llegando en septiembre de este año a los 497m€, que la última emisión de bonos que ha emitido por 750m€ a 5 años las ha colocado al 99,65% nominal con un cupón del 4,375%, que continúa con sus desinversiones (eufemismo de vender para pagar).

Dentro de estas enajenaciones, se encuentra la difícil venta de GNL, ahora en proceso. Es posible que llegue a buen puerto pero el problema es que se trata de un cajón desastre y los compradores quieren desglosar lo bueno de lo malo, lo que está dificultando el proceso.

Y más: la retribución a los accionistas en este ejercicio, antes dividendo, se ha hecho bajo la fórmula 'Scrip Dividend', para la compañía "Repsol Dividendo Flexible". Es decir, para que el impacto en la caja sea el menor posible. Esta fórmula ha diluido la participación de uno de sus principales accionistas, Sacyr, que también necesitada de caja ha preferido el líquido a las acciones, con lo que se ha quedado por debajo del 10% de participación que tenía. Además, esta práctica está suscitando la vigilancia de otro de sus accionistas, Caixabank, que recela de las dificultades de tesorería de Repsol. En resumen, otra grande haciendo caja para sobrevivir a la tempestad, y practicando la creatividad informativa.

Por otra parte, todas estas cuentas tienen su origen en el roto que ha provocado la expropiación-robo de YPF, perpetrada por el Gobierno argentino de Cristina Fernández de Kirchner. El presidente de Repsol, Antonio Brufau (en la imagen) ya no aguantaba más y pensaba demandar al Gobierno argentino ante el CIADI pero el Gobierno Rajoy quiere normalizar las relaciones con Argentina y le ha pedido que no se precipite.

Y a todo esto, todavía no sabemos si la señora Cristina Fernández de Kirchner acudirá la cumbre Iberoamericana.

Rodrigo de Silos

rodrigode@hispanidad.com