El pasado 5 de julio se conmemoraba en España el 22 aniversario de la despenalización del aborto. El presidente de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, José Manuel Bajo, aprovechó la ocasión para asegurar con rotundidad que la píldora del día después no es abortiva. ‘Casualmente' Bajo es también presidente de la Fundación GINEFIV, que factura ingentes montos a base de congelar e investigar con embriones. ¿Independencia profesional?
Que el catedrático José Manuel Bajo Arenas, Presidente de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) haya afirmado en rueda de prensa del día 5 de julio que la píldora del día (PDD) después no es abortiva no puede sorprendernos. El Dr. Bajo Arenas necesita creer y hacer creer que la vida humana no comienza con la fecundación – tal y como la ciencia y la medicina ha demostrado – sino con la implantación.
Lo necesita creer porque el Dr. Bajo Arenas es presidente de la Fundación GINEFIV que está directamente relacionada con el negocio lucrativo de la fecundación in vitro y la manipulación embrionaria, con miles de seres humanos congelados que están esperando su implantación para seguir viviendo.
Lo necesita defender porque la Fundación Schering España – que comercializa la píldora del día después- es una de sus primeras fuentes de subvenciones en los congresos y foros que desarrolla en la SEGO. Y porque además, el Dr. Bajo Arenas ha firmado en 2006 un convenio de colaboración con la Sociedad Española de Contracepción (SEC) para trabajar unidos con el fin, entre otros, de que la anticoncepción y la PDD sean sufragadas al 100% por la Seguridad Social. Por cierto que –a su vez- Schering España también es la principal fuente de subvención privada de la SEC.
No se le puede consentir a un médico que se venda a la industria pero tampoco que no esté actualizado en publicaciones científicas. Veamos. El Dr. Bajo y el resto de partidarios de la PDD defienden un día sí y otro también que la PDD reduciría los abortos provocados. Pues bien, resulta que existen más de 50 publicaciones internacionales que demuestran que el amplio acceso a la PDD no disminuye las tasas de abortos, sino que por el contrario, las incrementan vertiginosamente. Como muestra un botón: en enero de 2007, el máximo defensor de la PDD en EEUU, J.J. Trussell reconoce que la distribución masiva de PDD no disminuye la cifra de abortos provocados. (Raymond EG, Trussell J, Polis CB. 2007: Population effect of increased access to emergency contraceptive pills: a systematic review. Obstet Gynecol., núm. 109(1), pp.181-8.) Una evidencia científica que conviene obviar. El negosi es el negosi.
Para colmo de la industria anticonceptiva, Marston y Cleland en 2003 han señalado que un mayor índice de anticoncepción es perfectamente compatible con un aumento de los abortos provocados (Marston, C. y Cleland, J. 2003: Relationships between contraception and abortion: a review of the evidence. International Family Planning and Perspectives, núm. 29 (1), pp. 6-13). Dada la importancia de esta publicación, este estudio se incluye en el último libro de 2007 sobre los abortos provocados de Margarita Delgado, investigadora del CSIC.
El Dr. Bajo conoce todo esto, pero prefiere lanzar el mensaje opuesto a la opinión pública. ¿Por qué? A él corresponde dar las oportunas explicaciones. Pero atentos a la siguiente incongruencia. El propio Dr. Bajo en un libro de Ginecología y Obstetricia editado junto con otros miembros de la SEGO señala que el hecho de que la PDD no sea abortiva es la opinión de sólo "algunos": "El problema ético de la AE radica en decidir el momento a partir del cual se considera al embrión un ser humano: antes o después de la implantación. Algunos autores apoyan que la vida humana empieza con el embarazo y éste con la implantación del embrión en el útero, y por lo tanto, cualquier manipulación antes de la implantación es éticamente admisible, pues no se estaría actuando sobre un ser humano en desarrollo, sino sobre lo que ellos denominan un preembrión." (Página 43, Fundamentos de Obstetricia, 2007).
Es más, el pasado mes de junio el Colegio Oficial de Médicos de Madrid ha señalado en su Comisión Deontológica que es lícito defender que la vida humana comienza con la fecundación. Era la respuesta a la petición de numerosos médicos colegiados de que el colegio tomara partido ante un artículo publicado en la revista colegial por de miembros de la Asociación de Planificación Familiar de Madrid en el que defendían que la PDD no era abortiva y que por tanto no se debería tolerar la objeción de conciencia de los galenos a expedir la píldora de marras.
Por último conviene destacar que el manual de Fundamentos de Obstetricia del Dr. Bajo pasará a la historia por ser el primer texto médico de esa especialidad que dedica un amplio capítulo a cómo realizar abortos provocados, a la vez que enseña en otro capítulo cómo realizar intervenciones intrauterinas para salvarles la vida a los fetos con malformaciones. ¿Coherencia? No es su fuerte.
Luis Losada Pescador