Es cierto que las comparaciones con 2010 pueden inducir a engaño, dado que fue el año triunfal de Repsol especialmente por resultados provenientes de operaciones extraordinarias. Ahora bien, los resultados de la petrolera que lidera Antonio Brufau durante el primer semestre no pueden calificarse de buenos ni de lejos. Los ingresos caen muy ligeramente y se deteriora el resultado de explotación más de un 17%. Además, a diferencia de otras compañías industriales -casi todas reducen su coste financiero- la tercera empresa industrial de España ha incrementado sus costes en un 15% e incrementa, aunque ligeramente, su apalancamiento.
En tales circunstancias se deberían plantear si pueden hacer crecer, como han hecho, el dividendo en un 17%.
Miriam Prat
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