Sr. Director:

La asignatura de Educación para la Ciudadanía es sin duda la punta de lanza en ese ambicioso proyecto de construcción de esta nueva sociedad de laicismo agresivo, pensamiento único y absoluto relativismo moral.

Nada habría que objetar a que en la escuela se impartieran principios constitucionales o declaraciones universales de derechos. El problema es que a tenor de las intenciones de este Gobierno, y por los libros de texto hasta ahora conocidos y del enfoque que han dado a la asignatura sus promotores. E.p.C. va mucho más allá de ese propósito en la educación de nuestros niños que viola la libertad de los padres en su formación moral.

Si, por otro lado, esta Ley pone todos los obstáculos posibles para que los alumnos estudien religión católica, a pesar de ser la opción escogida por el ochenta por ciento de los padres, queda enteramente clara, no sólo la forma dictatorial de aplicarla, sino también la finalidad ideológica que el Gobierno tiene al imponer esta ley de educación.

Sólo en los regímenes totalitarios, como los comunistas y nazis del siglo pasado, los políticos osaron imponer una educación moral, uniforme y obligatoria, para los niños. Una especie de moral o religión de Estado, bajo las apariencias de una neutralidad laicista.

Las consecuencias…fueron los desastres que todos conocemos…Hoy, no estamos dispuestos a repetir la historia.

Rita Villena

ritavillena@terra.es