Su sucesor sería Gallardón, el político del PP más popular fuera de Madrid, más que ZP

En vísperas, y según las encuestas que manejan en el propio PP, el PSOE estaría en el 40,8% de los votos, frente al 38,8% del PP. Por el contrario, Esperanza Aguirre choca con una mala imagen en Cataluña y Euskadi. Rato ha dejado claro que no se reincorpora y la vuelta de Aznar pierde fuerza en el aparato. Ni el atentado de Barajas, ni el caso De Juana, ni el Estatut, han conseguido dar la vuelta a la tortilla. La intención de voto se parece en exceso a la del 14-M. Es al PSOE a quien le conviene la crispación, porque reduce la abstención. 

España es un país de centro-izquierda, con un electorado fiel a los planteamientos ‘progresistas' y cierta inquina, no necesariamente razonada, hacia la derecha política. De otra forma no e entiende como, a pesar de las meteduras de pata del presidente del Gobierno Rodríguez Zapatero, a pesar de las cesiones ante los terroristas, el precio de la vivienda y su nulo prestigio internacional o económico, las encuestas le siguen dando ganador.

Hablamos de un estudio de opinión, de carácter periódico, que las casas de encuestas realizan para un grupo de grandes empresas. En ellas se concluye que el PSOE aún está en el 40,8% de intención de voto, dos puntos por encima del Partido Popular, que se queda en el 38,8. Sube algo el PP y baja algo el PSOE respecto al 14-M, pero eso invalida el gran objetivo de Mariano Rajoy: conseguir un voto más que el PSOE y exigir la formación de Gobierno en minoría o plantear una crisis institucional.

Y llama la atención, porque el prestigio de ZP en el exterior y su capacidad para irritar a una parte del electorado son notorios. Sin embargo, ni el caso De Juana ni el atentado de Barajas, ni el Estatuto, nada ha conseguido que un hombre que perdía todas las encuestas hasta el macabro día del 11-M se mantenga en primer lugar, aunque sea por la mínima.

En este sentido ha resultado muy ilustrativo la primera reacción del secretario de Organización del PSOE al artefacto explosivo colocado en los bajos del coche de José Antonio Elola, el aspirante socialista a concejal en el País Vasco. En su empeño por conseguir la pacificación de Euskadi, Blanco calificó al atentado como un incidente de "kale borroka", a pesar de que si hubiera hecho explosión habría matado a su víctima, un compañero de partido. El viernes, Blanco acudía a Tele 5 para aclarar, sin mucho éxito, sus declaraciones primeras.

Según los expertos, España es un país de centro-izquierda, con una inquina electoral a lo que considera la derecha, sin que el concepto esté muy claro en el momento presente. De hecho, esos mismos expertos aseguran que la crispación no beneficia al PP, sino al PSOE, en cuanto reduce la tendencia de su electorado a la abstención.

Con este panorama, del que en le PP son muy conscientes, se mira hacia las Generales de 2008 (posiblemente adelantadas, dependiendo de lo que diga el CIS, al 28 de octubre de 2007). Mariano Rajoy ya ha aceptado que si pierde, debe irse. Esa es justamente la razón nada que acepte el pacto de Gallardón como segundo, como "vicepresidente". Teme al alcalde de Madrid, naturalmente, pero también dicen esas misma encuestas que Ruiz-Gallardón es el político del Partido Popular más apreciado… ¡fuera de Madrid! Supera en popularidad al mismo ZP. Un ticket Rajoy-Gallardón sería una buena apuesta para el Partido y, además se pude ser alcalde y esta en el Congreso. Esa es la cuestión, precisamente: ¿sustituiría a Eduardo Zaplana como portavoz parlamentario o a Ángel Acebes como secretario general? En cualquier caso, Gallardón obtendría votos nacionalistas moderados en Cataluña o Euskadi. Por contra, Esperanza Aguirre, la otra figura emergente, no obtendría ninguno.

Que por qué razón Rajoy acepta un personaje tan ambicioso como Gallardón de número dos: pues por su tirón popular y porque sabe que, si triunfa en las Generales, será presidente indiscutido en su partido, y si fracasa, deberá ceder el testigo a otro, y ya poco le importará su sucesor. Sucesor que no será ni Rodrigo Rato, que está muy bien en Washington, y que cada día que pasa tiene menos posibilidades de ser José María Aznar, ya que cada día cuenta con menos apoyos en el partido.

Eso sí, quien no acepta el pacto Rajoy-Gallardón es Esperanza Aguirre, quien considera que el número dos por Madrid en las listas del PP para las próximas elecciones generales debe ser una mujer: ella misma. No obstante, el alcalde tiene una ventaja: no tiene que abandonar el ayuntamiento, mientras Aguirre sí debería abandonar la Comunidad.