Michelletti se ve obligado a imponer el toque de queda, lo que perjudica la convocatoria de elecciones

Resulta cuando menos curioso que tras el golpe de Estado del 28 de junio los desordenes en Honduras apenas duraban días y ahora se reproduzcan en la capital, Tegucigalpa, cuando ya todos se habían olvidado la guerrilla -o una especie de marcha verde- que Zelaya quería poner en marcha desde Nicaragua.

Pues bien, manifestación con violencia en la capital en la noche del martes, respuesta policial y, otra vez el Gobierno Micheletti se ha visto obligado a imponer el toque de queda. Decimos que se ha vuelto a imponer porque fue levantado a finales de julio, dado que no era necesario.

Ahora, con la más brutal presión internacional que se recuerda, con España retirando ayuda al desarrollo y convenios militares, el presidente Roberto Michelletti resucita el toque de queda, lo que no hace más que retrasar la vuelta a la normalidad y la convocatoria electoral para finales de noviembre.

La salida no puede ser otra que mantener la limitación constitucional a la permanencia en el poder y que tanto Zelaya -que dio un verdadero golpe de Estado civil- como Micheletti, para evitar suspicacias renuncien a presentarse a las mismas.