Sr. Director:
A todas las mujeres y todos los hombres de nuestro país, a los gobernantes de Cataluña y de España, a los partidos políticos:
La situación:
1.- Constatamos con mucha preocupación que la política, en lugar de servir al bien común, está haciendo crecer la división y el enfrentamiento en el seno de la sociedad catalana. El responsable directo de la situación que vivimos ha sido el inapropiado comportamiento del ex primer consejero de la Generalitat, pero evidentemente hay más cuestiones que la alimentan. En este ambiente crispado, los gobiernos catalán y español tienen, como es lógico, una especial responsabilidad dada su misión de primeros constructores del bien común.
2.- Consideramos muy grave el implícito que se ha situado en una parte de la sociedad catalana, "se puede dialogar con ETA, pero no con el PP", o el de establecer paralelismo entre ambos. De consolidarse, ésta seria una fractura gravísima de la convivencia y de la cordura colectiva.
3.- Para que puedan fructificar, el diálogo y la pacificación no deben convertirse en un instrumento partidista, ni ser fruto de actuaciones unilaterales, sino resultado de un mínimo consenso de los partidos políticos.
Las próximas elecciones al Congreso y al Senado, tendríamos que estar en el momento privilegiado para tratar de eso que los partidos políticos han estado anunciándonos durante meses como el tema central: la conveniencia o no de un nuevo Estatuto de Autonomía y un sistema de financiación, de su contenido y de todas aquellas otras cuestiones (sanidad, enseñanza, trabajo, inmigración, lucha contra la pobreza y seguridad, entre otras), que afectan de manera decisiva a nuestra vida.
La realidad es muy distinta. Vivimos inmersos en una situación en la cual el debate electoral está totalmente desvirtuado. No es admisible que, en el centro del escenario, se sitúen ETA, el terrorismo y sus intentos de manipulación. El modelo político catalán no puede vasquizarse. La situación que vive el País Vasco es un problema; no forma parte de ninguna solución.
Queremos hacer un llamamiento a todas las personas para que, con su actitud, hagan imposibles el enfrentamiento y la crispación y para que devuelva al centro del debate electoral todo aquello que le atañe. Pedimos a los ciudadanos que, con su voto, promuevan la concordia y la centralidad política porque, en realidad, es mucho más lo que nos une que lo que nos separa.
Pedimos al presidente de la Generalitat que se esfuerce para que él y sus consejeros cumplan lo que nos prometieron: ser un Gobierno para todos y, por tanto, no imponer su ideología en terrenos tan sensibles como el derecho de los padres a elegir el centro más acorde con su ideario. El Gobierno tiene que respetar este ideario, así como la familia y la libertad religiosa. Las crisis del ejecutivo catalán no se pueden traducir, de ninguna manera, en crisis del país. Pedimos que se promueva un modelo social fundamentado en la persona y la familia, por la cohesión y la convivencia, la serenidad y el respeto mutuo, generador de paz y progreso económico, social y espiritual para todos.
E-Cristians
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