Sr. Director:
He leído con cierto estupor y al mismo tiempo repugnancia que "las cajetillas genéricas de tabaco australianas serán a partir del 1 de diciembre de color verde oliva, todas con la misma tipografía, en las cuales se verán grandes fotos de úlceras supurantes y dientes podridos".
Por lo que he podido apreciar es algo que no solo asquea a los fumadores sino también a los que no fumamos. Decía un amigo mío: "Con esto los fumadores seguirán fumando, aunque pongan lo que pongan, ya sea una foto de cáncer de garganta o las fotos que quieran, seguiremos con nuestro habito".
Considero que estas iniciativas, que pondrán en circulación a partir de diciembre, no servirán de mucho, hasta que no opten por dejar que cada quien haga tal como le dicte su conciencia y justo hacer y parecer.
Esta carta la escribe uno que ha sido fumador empedernido y lo dejó hace algún tiempo debido a una bronquitis aguda. Los titulares de los paquetes no me llevaron en ningún momento a dejar el tabaco, recuerdo que fue una bronquitis, no creo que las imágenes o las fotografías de las cajetillas de tabaco sirva de algo, tampoco que los consejos sanitarios y las iconografía disuasorias obtengan muchos resultados. Tengo la impresión de que no hará el efecto buscado.
Pedro J. Piqueras Ibáñez