Sr. Director:
Me ha sorprendido el comportamiento de una minoría de diputados del Parlamento español. No levantarse en el minuto de silencio que la Junta de Portavoces había pactado ante el fallecimiento de Juan Pablo II. Jamás, nadie había argumentado que un minuto de silencio fuese un acto de sumisión como lo han hecho algunas de éstas respetables señorías. Un minuto de silencio por un ser humano que ha fallecido es esencialmente un gesto universal de respeto. Todos estamos viendo estos días las reacciones y comentarios de lideres mundiales de todos los colores políticos, culturas e incluso de posiciones ideológicas muy lejanas a las del Papa (véase desde Bush hasta Castro). Todas respetuosas, con un gran sentido de estado que no significa de ninguna manera un acto de sumisión.
Quizás hemos de acudir, una vez más, al "Spain is different" para entender de algún modo esta reacción extraña, anormal en el contexto mundial de estos diputados españoles que no tienen reparo alguno en auto-calificarse de progresistas. Aquellos políticos que lo son de verdad deberían realizar alguna acción clarificadora, que separe el "polvo de la paja" para que podamos diferenciar lo que es progresismo de lo que no es otra cosa que un comportamiento pseudoadolescente que yo achaco a una falta de madurez política e incluso de madurez personal.
Adolfo Ortega
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