• Por el alto coste de los impuestos laborales.
  • El empresario paga cuotas que triplican las de otros países europeos como Alemania, donde el empresario cotiza tan sólo un 9,56% frente al 28,31% que cotiza en España.
  • De ahí puede deducirse que en nuestro país no existe tanto paro, sino economía sumergida.
  • En algunos países como Suecia, la tendencia es sustituir cuotas por IVA.
  • A falta de expectativas, aumenta la emigración de españoles bien preparados que se marchan a países donde a las empresas les resulta mucho más rentable contratarlos.

"Dame tres empleados para que yo los organice yo, pero no me hagas pagarle al Estado para que los organice otro, mediante los subsidios de paro, por ejemplo". La frase es de Federico Montilla, Ceo de Interdean Relocation Services en España, empresa de servicios de movilidad global que trabaja con compañías como Iberdrola, Acciona o Repsol. Por su experiencia en toda Europa sabe muy bien de qué pie cojea el mercado de trabajo español. Y tiene pistas sobre los motivos por los cuales el paro en Europa es del 10,8% frente al 26,2% de España.

"El principal problema son las cuotas sociales, que triplican las de otros países europeos. Por ejemplo en Alemania pagan un 9,56% frente al 28,31 % de cuotas a la Seguridad Social que se abona en España".

Cierto es que los trabajadores germanos pagan un 9,56% frente al 4% que aportan los españoles, pero la suma de ambas cantidades es muy inferior a la que se paga en España.

En Inglaterra, aunque el sistema es más complicado e introduce algunas variables, también las cotizaciones son más bajas. Así, explica Federico Montilla, "el máximo es del 10,2% tanto para trabajadores como para empleados". En Austria, donde las cuotas son más altas pero el índice de paro es el más bajo de Europa,(4,9%), "el trabajador paga un 12% y la empresa otro 12 %, pero aún así la cifra total, un 24% del salario, está muy por debajo del 32,31% que pagan empresarios y trabajadores como contribución la Seguridad Social".

La difícil situación que se vive en España está provocando un éxodo masivo de técnicos e ingenieros a países de fuera de Europa. Gente a la que ha costado mucho preparar y que, al emigrar, descapitalizan nuestro país de talento.

Federico Montilla, desde Interdean ha buscado ubicación, casa, colegios e infraestructura a cuatro mil trabajadores españoles en el 2012, en total un 10% de los 40.000 que han salido de nuestro país en busca de un trabajo para el que habían sido contratados de antemano. "A nosotros nos viene bien… ¿pero qué va a pasar cuando se vaya el último Lo ideal sería que existiera un equilibrio migratorio", afirma.

La única solución, a la vista de los datos, con casi seis millones de parados españoles de los 26 que existen en Europa, es bajar las cuotas sociales. "Con una disminución de las cuotas a la Seguridad Social habría menos paro, pero el Ejecutivo se resiste a adoptar esta medida porque necesita a su vez pagar con las cotizaciones el paro. Es la pescadilla que se muerde la cola. Pero este es un melón que hay que abrir si queremos igualarnos con el resto de Europa ", afirma el Ceo de Interdean, que apuesta por copiar los sistemas de recaudación de la seguridad social de otros países.

La pregunta es: ¿por qué los sindicatos suelen mostrarse contrarios a la disminución en el pago de las cuotas por parte de las empresas Opina Montilla que "hay personas que sacan beneficios de la miseria ajena, y tienen intereses torticeros. Esa es la razón".

Son muchos los que se preguntan si las cifras de paro de nuestro país no esconden una enorme bolsa de economía sumergida. Para muestra, los datos que ofreció la ministra Báñez en octubre de 2012. El Ministerio de Trabajo, gracias a las inspecciones, destapó un 11,8% más de economía sumergida que en 2011 y afloraron 57.457 empleos.

Muchos empresarios no pueden pagar las cotizaciones sociales y recurren a no dar de alta a los trabajadores, con la pérdida de ingresos para el Estado que ello implica.

En algunos lugares, como Suecia, se están ensayando otras fórmulas: sustituir, por ejemplo, las cotizaciones por impuestos indirectos, con lo que se paga también las jubilaciones y otras prestaciones sociales. Y funcionan.

Urge hacer algo para que toda una generación de españoles no se quede sin trabajo o se vea obligada a irse con su capacitación, sus energías y sus fuerzas en la maleta a fortalecer la economía de otros países. Ya lo dijo Angela Merkel en su último encuentro con Rajoy: que iba "a hablar con las empresas alemanas instaladas en España  para que preparen a jóvenes españoles mediante becas" con el loable fin de ayudar a bajar las alarmantes cifras de paro. También añadió que se los llevaría a Alemania. Fue la coletilla que no olvidó aportar al ser preguntada al respecto. 

Lo peor del caso es que  los emigrantes españoles no suelen regresar, avisa Federico Montilla. "Estamos preparados por cuestiones climatológicas a trabajar en circunstancias mucho más adversas que los alemanes, por ejemplo, y allí resultamos mucho más productivos.

En Alemania, los días que hace 38 grados, muy pocos son capaces de mover un dedo. Los trabajadores españoles son muy apreciados fuera de nuestras fronteras", afirma.  Y lo peor de todo es que, como en todo proceso migratorio, se están yendo los más preparados, los más valientes y los más fuertes.

Sara Olivo

sara@hispanidad.com