Recoletos y El Mundo muerden el anzuelo de Moncloa: Canal Plus en abierto, a cambio de otro canal para ellos, sólo que con problemas de recepción. Sólo hay un error en la información plagiada que hoy martes 19 publica Expansión: no habría privatización de un canal de RTVE sin coste para el comprador. Polanco quiere vender Canal Satélite Digital. Con su política televisiva, Zapatero ahonda en la fractura social entre la sociedad que ve y la sociedad que lee
La campaña contra los medios electrónicos afirma que los confidenciales (pronúnciese despectivamente) copian información de los medios tradicionales, cuando ocurre justamente lo contrario. Uno de los editores más críticos con la nueva prensa electrónica es Jaime Castellanos, presidente del Grupo Recoletos, editor de Expansión, Marca, etc.
Pues bien, la noticia del día la ha marcado Expansión, con una información ya publicada en Hispanidad.com (ver Hemeroteca, a la izquierda de esta pantalla, el día 24 de septiembre, bajo el títul Polanco pide a Zapatero que Canal emita en abierto). Dice Expansión que el Gobierno quiere otorgar dos canales de televisión, concediendo a Canal la emisión en abierto y abriendo otra vía analógica. Es decir, que Castellanos ha tardado 25 días en asimilar la información de Hispanidad y reempaquetarla. Y aún quedaba el segundo dato, que probablemente será publicado por Expansión en los próximos días, salvo que Castellanos no pretenda irritar al poderoso Polanco. Y la segunda noticia era ésta: que Polanco está dispuesto a vender su plataforma de televisión digital y pasarse con armas y bagajes a la televisión en abierto.
Dentro de la reforma televisiva de Zapatero, que de eso estamos hablando, hay otro dato relevante. Porque no menos importante que la emisión es la fusión entre las dos grandes productoras audiovisuales filosocialistas: Globomedia y Mediapro, representantes de Zapatero y Maragall, respectivamente, información publicada el 28 de septiembre y fusilada por otro diario económico días atrás, y al que nos referimos en otra noticia de esta edición. Por cierto, Prisa sueña con hacerse con la productora resultante de Globomedia más Mediapro.
Al final, el juego del poder en España se libra en la televisión. El del poder y el de la influencia, y el de la moral, y el de las costumbres. Por eso, Jaime Castellanos, editor de Expansión, ha vuelto a caer en la trampa que le ha tendido el Gobierno Zapatero. Por supuesto, que el Ejecutivo está dispuesto a conceder más canales de televisión en abierto, en concreto uno, para que se beneficien del mismo los dos adjudicatarios de televisión digital de alcance nacional que licitó el Gobierno Aznar: Veo TV, de Vocento, y Net TV, de Recoletos y de El Mundo.
Ahora bien, en el fondo el Gobierno y Polanco están jugando con sus competidores. Bajo la pantalla de un mayor pluralismo, lo que está haciendo es ceder ante Polanco (recuerden que meses atrás, nada más subir al poder Zapatero, Juan Luis Cebrián ya dio por supuesto que ellos tendrían un nuevo canal de televisión, revival de aquella afirmación de Polanco cuando se concedieron las primeras licencias televisivas: No hay cojones para negarme a mí un canal de televisión).
Polanco lo tiene muy claro: es el más influyente en prensa, el más influyente en radio, pero no influye un pimiento, aunque gana dinero, en televisión. Además, cada vez que ve lo que ganan Tele 5 y A-3 TV se le ponen los dientes largos y la envidia, el monstruo de los ojos verdes, le carcome. Tiene la opción de Localia, sí, a la que juega fuerte, pero le cuesta mucho expandir su red de televisiones locales por la misma razón de que el nuevo canal que donosamente ofrece Zapatero está condenado al fracaso.
La razón es muy simple. El parqué español de antenas, además de problemas de orientación, no tiene la suficiente potencia como para aceptar más canales (hablamos de canales analógicos, porque la televisión digital no acaba de llegar; la gente no está dispuesta a pagar receptores tan caros como los ahora presentes en el mercado). Por eso, Localia, Popular TV o Vocento TV tienen tantos problemas para ampliar su audiencia, a pesar de que sus programaciones son, no sólo aceptables, sino menos telebasura que la de las grandes cadenas.
El Mundo, más inteligente, ha reaccionado enseguida solicitando que ese nuevo canal, a cuyo accionariado tendría acceso, no debe ser otro que la segunda cadena de la televisión pública. Ahora bien, ¿con bicho o sin bicho? Esto es, ¿resulta presentable que el Gobierno regale una canal de la televisión pública a empresarios privados y que se quede con todos los trabajadores de la casa para un solo canal, a sabiendas de que sobran en RTVE, ahora, con dos canales, más de 5.000 trabajadores?
En definitiva, si Zapatero concede dos nuevas cadenas, podrá presentarse como un político de talante abierto, pero lo cierto es que, comenta un experto del sector, a lo máximo que podrá llegar el canal al que aspiran Recoletos y El Mundo es a un 5% de la audiencia, al menos durante el primer quinquenio. El único beneficiado será Polanco.
Por lo demás, la ceremonia de la confusión ha sido la habitual en un Gobierno que parece una jaula de grillos. A lo largo de la mañana del martes 19, se producían los siguientes acontecimientos: la Secretaría de Estado de Comunicación negaba la información publicada por Expansión, justo al mismo tiempo en que la vicepresidente primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, corroboraba que la medida estaba en estudio. Por último, el estilo es el hombre, el vicepresidente económico, Pedro Solbes, reconoció no tener ninguna información sobre el asunto, probablemente la postura más sincera de todas. El secretario de Estado de Comunicación, Miguel Barroso, está muy contento de su último invento : Todos los directivos monclovitas reciben en sus teléfonos móviles información en tiempo real de lo que ocurre en el mundo y de lo que destacan los distintos medios informativos. Mejor sería que enviara mensajes a los móviles de los ministros explicando lo que han dicho sus compañeros de Gabinete, más que nada para no incurrir en contradicciones. Sin embargo, los inversores lo tenían más claro que nadie: ¿Qué valores se dispararon en el mercado? Han acertado : los dos de Polanco, Prisa y Sogecable.
A la postre, lo que se está agrandando es la fractura social, la cada vez más amplia brecha, entre la sociedad que ve la tele y la sociedad que lee, sea prensa, libros o Internet. Los votos de unos y otos valen exactamente lo mismo.