Pese a ello, el programa ha sufrido retrasos debido a sospechosos virus informáticos o la muerte de algunos de los científicos involucrados.
Uno de los continuos focos de tensión del panorama internacional es Israel. Si por lo general los conflictos con Palestina o el Líbano son el centro de la actualidad, ahora es el problema de Irán el que más preocupa al país hebreo.
Tras los años de presión infructuosa por parte del Organismo Internacional de La Energía Atómica (OIEA) y de jugar al gato y al ratón, parece que desde numerosos países se han rendido a la evidencia de que Irán está llevando a cabo su programa nuclear y que ha aprendido de otros programas anteriores fallidos.
Por eso, el viceprimer ministro israelí ha mostrado su preocupación por el progreso del mismo ya ha hablado de un periodo de tres años hasta que lo hayan completado. Ese es el tiempo que Occidente tiene para impedir que el país de los ayatolás se convierta en potencia nuclear. Como se ha sabido por los papeles de WikiLeaks, no sólo Israel está preocupada, sino la mayoría de los países musulmanes de la zona que ven peligrar su predominio geoestratégico en la zona.
El programa nuclear ha ido sufriendo algunos contratiempos durante los últimos meses ya que sufrió el ataque de un virus informático y además, uno de los científicos que trabajaba en el programa murió en un atentado y otro más resultó herido, aunque no se conoce a los autores del atentado.
Todo parece indicar que el problema está en si el diálogo con Irán lleva a alguna parte o es simplemente un intento por parte de Teherán de dejar correr el tiempo mientras siguen adelante con el programa. En caso de que no lleve a ningún lado, surge la pregunta de si se debe intervenir para evitar que Irán obtenga la bomba nuclear. Lo que está claro, al menos para Israel, es que el tiempo para actuar es de tres años.
Juan María Piñero
juanmaria@hispanidad.com