No más abusos, clama el presidente norteamericano Barack Obama, convertido en el adalid del ciudadano frente a los pérfidos bancos. Su nueva reforma supone la creación de una oficina de quejas contra prácticas bancarias, algo que ya existe en España desde que Botín se cayó de la cuna, y la lucha contra Wall Street.
Lo cierto es que la reforma financiera no es mala, aunque sí muy corta. Pero lo que no se puede permitir es la manera con la que el señor presidente está vendiendo el producto.
¡Pero qué cara más dura tiene este chico! Clama ahora contra Wall Street. Él, que es el salvador de Wall Street. Mire usted, la reforma financiera apunta bien, gracias al asesor Paul Volcker, pero oiga, dispara poco, demasiado corto.
En cualquier caso, la propaganda para vender la aprobación en el Senado de la norma no puede resultar más mentirosa. Fue Obama quien salvó, con dinero del contribuyente y de la máquina de hacer dinero a los grandes bancos americanos, que ya estaban en quiebra por especular, con cargo a la economía real. No salvó Obama ya empezó Bush- los ahorros de los norteamericanos: salvó a esos bancos contra los que ahora lanza sus invectivas televisadas. Ahora ataca a los bancos en nombre de los ciudadanos y cuando llegó la crisis salvó a los bancos metiéndole la mano en el bolsillo a los ciudadanos.
Lo único bueno que hicieron los estadounidenses tras la crisis consistió en dejar quebrar al Lehman. Debían haber hecho lo mismo con todos los demás, asegurando su dinero al pequeño ahorrador... y nada más.
La única vía para evitar nuevas crisis financieras consiste en dejar que todo banco quebrado, quiebre. Lo único que debe asegurar el Estado es, por ejemplo, los 100.000 euros que asegura el Gobierno español a los depositantes bancarios. Si no, seguiremos creando precedentes, consecuentes y accidentes.
Hace unos años, sólo unos pocos, por ejemplo Hispanidad, hablábamos de especulación, Hoy ya habla cualquiera. Me ha gustado la frase de Javier Valenzuela: tiene toda la razón. Vivimos en la peor de las plutocracias: la plutocracia financiera.
Obama, viejo amigo, que te vas a pisar la cara al andar, porque la tienes enorme.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com