La esposa del presidente mexicano Vicente Fox, Marta Sahagún, ha perdido la batalla por la sucesión a la candidatura de la Presidencia por parte del PAN, actualmente en el Gobierno. Las relaciones entre la "presidenta" y Felipe Calderón eran extraordinariamente tensas y finalmente el PAN ha optado por no aceptar a la "jefa".

 

Sahagún es una mujer con ambiciones que comenzó su carrera política como asesora de Comunicación de Fox. Precisamente, la asignatura pendiente del Gobierno foxista, al igual que el gran déficit de las legislaturas Aznar. Pues bien, Sahagún contrajo matrimonio con Fox cuando este ya había sido investido presidente y se hizo  fuerte en Los Pinos (equivalente a la española Moncloa) hasta llegar a ser calificada como "presidenta". Por eso, los "guiñoles" mexicanos bromean con la imposibilidad de que Sahagún se presente a la Presidencia de la República, porque la normativa electoral mexicana impide a los presidentes presentarse a la reelección.

 

La situación mexicana es extraordinariamente compleja ante la falta de liderazgo en ninguna fuerza política. El comunista PRD ha sido tocado por los escándalos de corrupción, que han afectado al populista alcalde capitalino López Obrador. El PAN no tiene líder claro y sufre el tremendo desgaste de haber quemado las ilusiones y expectativas depositados en el Gobierno foxista el 2 de julio de 2000. A dos años de las próximas elecciones, todos los analistas descuentan el sexenio y dan por probable vencedor al PRI, que regeneraría el poder tras el interregno, pero sin líder claro y sin proyecto concreto.