Sr. Director:

Para poder hablar de matrimonio ha de haber un consentimiento de los dos cónyuges. Éstos se comprometen a amarse y respetarse en la salud y en la enfermedad, etc., todos los días de su vida. Si no existe ese compromiso, ese acto eclesiástico o civil es puro teatro (ingenuo o no). Además, para hablar de matrimonio, éste ha de ser consumado. Es imposible que dos personas del mismo sexo consumen nada que se le pueda llamar matrimonio.

Luis Fernández 

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