Sr. Director: 

Leo en su periódico una referencia a la regulación de las parejas de hecho y de los llamados matrimonios homosexuales. No entiendo para qué hace falta tal regulación, puesto que cuando se unen pueden hacerlo mediante un contrato ante notario que especifique los derechos que les interesen. Si no lo hacen es porque no les interesa el matrimonio ni la familia.

No obliguen con mas leyes de las que ya hay. El que se quiera casar por la Iglesia que lo haga, el que se quiera 'arrejuntar' que lo haga, pero no los equipare, pues son cosas distintas. Una ley de equiparación sólo crea confusión, es como decir por ley que las vacas y los mulos son iguales. Es absurdo.

Carlos Jardon 

cjardon@uvigo.es