Sr. Director:

Tras el resultado de las urnas, se habla de la necesaria renovación en el PP para emprender con acierto la nueva etapa  del desierto en la oposición. Son muchos los electores que tienen muy claras las ideas de esta necesidad.

¿Acaso un gran partido está sólo para gobernar y no para defender unos principios? Gran cantidad de votos de los católicos se han perdido y dispersado entre  partidos minoritarios, al comprobarse la falta de firmeza del PP en la defensa de los principios y valores que tanto el Vaticano como la Jerarquía española, habían señalado como innegociables (la defensa de la vida, desde la concepción al final; la defensa de la familia, formada por un hombre y una mujer, el derecho de los padres a elegir la clase de educación moral que quieren para sus hijos, la atención social a los marginados y el bien común).

¿No se dan cuenta Rajoy y su equipo pretoriano, que dejaron mucho que desear tanto en sus mítines como en TV, por su tibieza en la proclamación y defensa de estos valores y principios? ¿Creerán que sólo la unidad territorial de España, la economía y el terrorismo preocupan a los españoles?

Se equivocan; también, y más de lo que se imaginan, los temas aludidos. Es imprescindible  la conversión (la Semana Santa es un buen momento) de toda la cúpula del PP  si no quieren permanecer en la oposición más tiempo del que piensan.

Miguel Rivilla San Martín

rivisanm@gmail.com