Muy gallego se ha mostrado Mons. Rouco en la mañana de este jueves en el Foro Nueva Economía. Ha señalado claramente que el análisis del RD demuestra que "los temores no eran infundados". Efectivamente "se trata de una antropología y una ética impuesta por el Estado", algo que es abiertamente contrario a las sentencias del Tribunal Constitucional de 1985 y 1989 que señalan que la escuela pública debería ser neutral y respetar los criterios educativos de los padres.
Así que preguntado sobre el movimiento de objeción de conciencia, el card. Arzobispo de Madrid, señala que "puede estar justificada". La presidenta de CECE, Isabel Bazo, le pregunta directamente qué se puede hacer. Y Mons. Rouco se muestra muy claro: hagan pedagogía, expliquen a la opinión pública lo que pasa, porque estos temas de la libertad educativa no siempre llegan fácilmente a la gente. "Que expliquen que los primeros educadores deben ser los padres, que la educación no debe estar determinada por el poder; esto es de mucha importancia". Así que Mons. Rouco anima a los movimientos sociales a influir sobre la opinión pública "que determinará los procesos electorales". Y como diría Mayra Gómez Kemp, "hasta aquí puedo leer". D., Antonio María no va más allá. Aunque quizás no hacía falta.
Más. ¿Existe una hoja de ruta de laicidad? Mons. Rouco hace ejercicio de cintura "tampoco sé yo", para finalmente contestar: "Mantiene el marco establecido, pero en una línea de acusada laicidad". No obstante, el problema "grave y serio" con el gobierno es la LOE. "Tampoco es nuevo, porque llevamos casi dos décadas con este calvario y quizás llegue el triunfo de la Resurrección".
Por lo demás, Mons. Rouco renuncia a juzgar si el Gobierno es leal o reticente, "los juicios de intenciones no conviene hacerlos; se puede pecar de falta de objetividad". Demasiado complaciente. ¿Por qué? Y una cosa más: ¿Cree que con el nuevo ministro de Justicia mejorarán las relaciones? "No le conozco", fue toda la respuesta del prelado madrileño.