• Preferentes. Los titulares deben recuperar… lo que puedan. Y si quiere que 'reclamen' al emisor, que es el responsable.
  • El modelo AEB: que los bancos se hagan con el mercado de las cajas de ahorros con dinero público para sanearlas.

El presidente de la patronal bancaria AEB, Miguel Martín (en la imagen), lo tiene claro: el problema estaba en las cajas de ahorros. Las cajas no cayeron por politizadas sino porque no podían acceder a los mercados financieros, dado que no eran sociedades anónimas (o podían acceder sólo de forma oblicua). ¿Y por qué razón? Pues porque las cajas no podían acudir a los mercados porque no eran SA. Miguel Martín llega a más y asegura que las cajas de ahorros debieron venderse a alemanes y holandeses cuando entraron en crisis.

¡Qué curioso! El presidente de la patronal no recuerda los 50 bancos que entraron en crisis en la década los ochenta. No, lo que ha ocurrido es que desde los ochenta hasta aquí las normas bancarias -concretémoslo en Basilea- han cambiado en perjuicio del modelo cajas y en beneficio del modelo banco cotizable. Y no sólo eso, Basilea ha legislado en beneficio de bancos grandes -independientemente de su naturaleza jurídica- y en perjuicio del banco pequeño. Por eso han caído las cajas, no porque estuvieran politizadas.

Contra lo que asegura Miguel Martín, las cajas de ahorros han vivido de su propio beneficio y si no podían crecer porque no generaban suficientes beneficios, pues no crecían y en paz, No estaban apalancadas.

Y ahora vamos con la crisis bancaria. El capital público no debe servir para dilatar el proceso y salvar entidades no viables. Es decir, el modelo AEB: que el banco malo no desaparezca sino que se lo coma uno bueno pero con ayudas. Sí, con ayudas. Y lo mejor, si son ayudas para no devolver, como ocurre con el capital de las entidades nacionalizadas y con los esquemas de protección de activos, pues entones es un verdadero chollo para el comprador, como fue Banesto para el Santander, CAM para el Sabadell o Unnim para BBVA. Para no devolver nunca, mejor aún, como los EPA.

Y queda Bankia. Después de asegurar que Bankia no debió crearse nunca y que no debe permanecer, Martín corrigió: no hay que deshacerse de Bankia, hay que hacer una nueva Bankia. Igual que hicimos con Banesto. Es lo que pido para Bankia.

Pero la participación del presidente de la AEB en el Curso de la Asociación de Periodistas de Información Económica, que se celebra en la Universidad Menéndez Pelayo, de Santander. No podía acabar ahí. Faltaban, claro está, el escándalo de las preferentes.

Para Martín, los responsables del desastre de las preferentes es la entidad emisora. Que los titulares reclamen al emisor. Ahora bien, como el problema es que algunos de esos emisores están nacionalizados, al final resulta que somos todos los contribuyentes quienes deberemos pagar el pato, es decir, las preferentes.

¿Cuánto? "Lo que puedan", dictamina el presidente de la AEB.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com