Ya estamos en carnavales. Algunos de ellos, son una muestra de ingenio, arte y buen humor. Las críticas, que son inherentes a esos festejos, se suelen hacer con estilo y gracia. Pero hay otros en los que esas críticas son horteras y chabacanas.
Entre ellas las que suelen hacerse a la Iglesia y a su jerarquía, y que este año supongo que se prodigarán de una manera especial tras los rifirrafes entre el gobierno y los obispos.
En cambio no creo que se atrevan a meterse con el Islam; y no precisamente porque el organismo que representa en España a sus fieles les haya recomendado votar al partido del gobierno. De cualquier forma sería poco equitativo por parte de los participantes en los carnavales que no duden en hacer mofa de la Iglesia Católica y sus instituciones y en cambio no se atrevan a ridiculizar nada relacionado con la religión de Mahoma.
Y en cuanto a los laicistas que están en contra de cualquier manifestación de religiosidad popular, auque no ofenda a nadie, sería un contrasentido que en cambio apoyen o les parezcan bien esas mascaradas de mal gusto en contra de cualquier religión, que ofenden los sentimientos de muchos.
Antonio García Ramoneda
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